"El proceso de salida del Reino Unido de la UE es un desastre"
Hasta no hace mucho tiempo la recompra de acciones era ilegal, debido a que se trata de un fraude contable, asegura Max Keiser. Si una empresa gana un dólar por cada acción y empiezan a recomprarlas, ese dólar de beneficio se reparte entre una cantidad menor de acciones, lo que hace que la capacidad y poder adquisitivo de esa empresa parezcan mayores de lo que son. Y precisamente por el hecho de que haya tantas empresas recurriendo a este tipo de prácticas tenemos un mercado inflado.
Durante los primeros 10 meses de este año, las empresas han recomprado unos 350.000 millones de dólares de sus propias acciones, una media de 35.000 millones al mes. Una de esas compañías es IBM, que desde el año 2000 se ha gastado 146.000 millones de dólares en recompra de acciones.
Los gurús de Wall Street aseguran que la recompra de acciones "reactiva el valor del accionista" o "le devuelve el dinero a los accionistas", pero desde 2013 el precio de las acciones de IBM ha caído en un 46%. Así las cosas, la recompra no ha ayudado a los inversores a largo plazo, sino solo a la gente de la empresa.
"A muchos ciudadanos estadounidenses no les importará, es algo que les parece muy lejano, y pensarán que por qué les tiene que importar, pero el hecho es que es algo que afecta negativamente a la economía en general a largo plazo", aclaran los presentadores del programa.
"Falta de liderazgo total en Londres"
En la segunda parte del programa se trata sobre el Brexit, donde Ross Ashcroft opina que el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea "es un desastre". "Hay una falta de liderazgo total, tanto política como entre la gente con la capacidad de negociación adecuada, y creo que en Reino Unido se está empezando a ver que muchas de las personas que votaron a favor de abandonar la UE ahora se preguntan si fue la decisión correcta", comentó Ashcroft.
"Lo que está pasando en Londres es un desastre, y tenemos a una primera ministra [Theresa May] que no suelta prenda y que tampoco escucha. Quiere hacerlo todo a su manera, pero, irónicamente, no puede asistir a ninguna reunión sin llevar algún tipo de nota escrita. Se porta como una niña que tapa su hoja de examen para que los demás no se copien; no cuenta nada, pero luego intenta que su gabinete tome decisiones precipitadas sobre el futuro de Reino Unido y su relación con Europa", criticó el invitado.