En la primera parte del programa Max y Stacy abordan el tema de la investigación sobre la posible injerencia rusa en las elecciones del 2016.
Según reportó The Washington Examiner, el 54% de los votantes dijo que la investigación sobre la posible inferencia rusa en las elecciones del 2016 y la supuesta colusión con Rusia en la campaña del presidente Trump se debía a "motivos políticos", frente al 41% que la consideró "justificada en gran medida". "Creo que lo que cabe esperar para las elecciones del 2020 es que 'el trol en jefe', que no es otro que Donald Trump, continúe provocando a la izquierda para que siga con el tema de Rusia, porque las encuestas muestran una y otra vez que a los ciudadanos les da igual", comenta Stacy los resultados de sondeos.
Por su parte, Max nota que "el engaño del Russiagate no se ha hecho popular entre la ciudadanía, más allá de que en ningún momento ha quedado probado".
Según el presentador, la sanidad fue el tema que más preocupaba a los estadounidenses. "Porque el país está enfermo y cada vez resulta más difícil curarlo", comenta. De acuerdo con Max, lo único que hacen los partidos y el Gobierno estadounidense es "estafar a los ciudadanos y a sus instituciones, obligándoles a pagar hasta el último centavo a los acreedores rapaces, que no son otros que las compañías sanitarias y de seguros de salud, cuyos bolsillos no dejan de engordar a costa de la salud del país".
"Es increíble, pero lo cierto es que cuanto más nos gastamos en sanidad, más empeora nuestra salud", se lamenta Max.
En la segunda parte del programa Max entrevista a Randy Voller, expresidente del Partido Demócrata en Carolina del Norte, que se centra en el éxito de las políticas progresistas a escala local.
"Creo que, por encima de la importante facción ultraliberal que existe entre los líderes de las empresas tecnológicas, esas entidades se han mostrado, de un lado, liberales desde el punto de vista social, pero conservadoras desde el fiscal", comenta el invitado a Max.
Según Voller,"ese sector se considera diferente al de la industria pesada y, como tal, no cree que deba regularse como si fuera el de los hermanos Koch, que tienen, al igual que otros, un cierto oligopolio en su sector".
"Les ha dado demasiada carta blanca y ahora las cuatro grandes van a tener que atenerse a las consecuencias, como les está pasando ya en Europa", explica expresidente del Partido Demócrata en Carolina del Norte.