En esta nueva edición de 'Keiser Report', Stacy comienza señalando como presidente de EE.UU., Donald Trump, "se ha desentendido del problema del déficit después de las advertencias de algunos de sus asesores" sobre la posibilidad de que estalle una crisis de la deuda. "Los gráficos que le han enseñado son a partir del 2024, y parece que su respuesta ha sido: 'Yo ya no estaré aquí, así que ¿a mí qué más me da?'", agregó.
En ese sentido, analizó los pronósticos de Ray Dalio, gestor de Bridgewater, el mayor fondo de cobertura del mundo, que advierte de "una posible caída del dólar del 30% en un período de entre 18 y 24 meses cuando desparezca el dinero extra que actualmente tienen las empresas en su poder gracias a la bajada de impuestos".
Max recuerda que se viene hablando hace "ya 10 o 15 años de ese posible desplome del dólar". "Subestimamos el poder y la belleza del Pentágono. Y es que, mientras EE.UU. siga bombardeando países por el mundo, su divisa seguirá subiendo respecto a la de otras naciones", afirma, antes de considerar que "el dólar está a salvo".
El oro y el mercado de Oriente
En la segunda parte del programa Max entrevista a Roy Sebag, de la empresa Mené, que describe como "una forma de joyería totalmente nueva". Sebag apunta que, "en lugar de comprar algo cuyo valor desconocemos y que, además, es impuro, adquirimos joyas de 24 quilates cuyo valor conocemos cada día. Y encima podemos revenderlo". Y no duda a la hora de formular el objetivo: "innovar en el sector de la joyería, que mueve nada más y nada menos que 200.000 millones de dólares en todo el mundo".
El empresario remarca que su idea surgió al ver "el mercado de Oriente", que funciona como "un sistema bancario descentralizado en el que las personas almacenan oro puro en forma de pulseras, cadenas, anillos y pendientes de un valor muy elevado".
Finalmente, analiza la situación económica mundial, subrayando que estamos ante "un ciclo de deflación de la deuda que va a provocar una gran rotación de activos entre los gestores de carteras a la hora de asignar el capital", de tal forma que la gente "preferirá invertir un poco más en renta fija y asumir menos riesgos con su cartera".
Desde su punto de vista, "la única forma de salvar al sistema a largo plazo es poner en marcha un nuevo programa de flexibilización cuantitativa, incluso con intereses negativos". En este sentido, hace hincapié en el rol del oro en esta recuperación, ya que su utilización como forma monetaria "permite ejercer un control sobre el Gobierno, que no puede emitir más dinero del que recauda vía impuestos", lo que "obliga a llegar a acuerdos y tomar decisiones conjuntas como comunidad".