Max Keiser y Stacy Herbert abordan en esta nueva emisión el problema de la deuda mundial y el fenómeno de la desaparición de la clase media en Estados Unidos.
Max cree que la deuda mundial ha alcanzado un "punto de no retorno" que solo va a conducir a que los bancos centrales continúen imprimiendo dinero para pagar los intereses y hará que "la brecha en riqueza e ingresos siga aumentando irremediablemente". Una estrategia bancaria que, según Stacy, solo va a empeorar las cosas, principalmente porque estas entidades están dispuestas a prestar dinero solo a los banqueros y "se niegan a dárselo a las personas ordinarias".
Los desastrosos datos del sector de venta minorista y el colapso total del gasto de los consumidores se ha atribuido al Brexit. Lo cierto es que en realidad los consumidores estaban demasiado endeudados: no disponían de ingresos suficientes y estos habían ido disminuyendo en los últimos diez años, afirma la presentadora, añadiendo que, por ende, la clase media estadounidense está desapareciendo.
"Un cáncer de deuda que ahoga a la economía"
Según datos del Servicio de Impuestos Internos de EE.UU., el 48% de la población estadounidense gana menos de 30.000 dólares al año y apenas un 1,4%, ingresa más de 250.000 dólares.
Este fenómeno, en opinión de Max, ha generado que en EE.UU., sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, cada generación más joven tenga una calidad de vida peor que la anterior porque se ha llegado a un "punto de saturación de la deuda".
"No se puede tener algo que crezca descontroladamente y sin límites, pues sería como una especie de cáncer, y precisamente eso es lo que nos está pasando, que tenemos un cáncer de deuda que está ahogando a la economía de Estados Unidos", considera.
A por el oro de nuevo
Stacy explica que este "experimento monetario" lleva en marcha 45 o 50 años, desde que se abandonó el patrón oro y se introdujo el dinero fíat, lo que propició la emisión de todo tipo de deudas. Es por ello que en la actualidad países como China y Rusia están empezando a acumular oro.
"[China] se ha dado cuenta de que todo esto llega a su fin, así que lo mejor es construir cosas tangibles como carreteras, puertos y líneas de ferrocarril que recorran Asia y África para asegurar que su mercado tenga un hueco en el futuro, un futuro seguramente basado en el oro o el bitcóin", resalta la anfitriona.
No obstante, Pekín, a diferencia de Moscú, al mismo tiempo que se hace con este metal precioso, está aumentando su deuda. En opinión de Stacy, este modelo de aumentar la deuda para después no pagarla solo funciona en el caso de países "extremadamente poderosos": "China tiene 1.400 millones de dólares y un Ejército enorme, así que pueden resistir el ataque de un posible acreedor (…) Los países más pequeños y con menos influencia no quieren pelearse ni que los invadan, porque entre otras cosas tampoco están preparados".