En diciembre de 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó una ley tributaria en la que se estipulaba una rebaja del impuesto de sociedades del 35 % al 21 % pero, según los presentadores del programa, la mayoría de los habitantes de ese país no se han dado cuenta.
Ahora que los estadounidenses han terminado de hacer su primera declaración de la renta desde la reforma fiscal, el déficit ha aumentado y, según las encuestas, solo el 20 % de los ciudadanos tienen la impresión de que les han bajado los impuestos. "Si la gente no es consciente de esa bajada, eso es porque les han devuelto menos dinero en la declaración y, esto, porque habían pagado menos impuestos en un principio", aclaró Stacy.
Según Max, las personas suelen asociar la prosperidad con los ingresos elevados, cuando lo que cuenta son los ingresos después de pagar los impuestos. "La gente estaba encantada de tener que pagar menos impuestos, pero ahora se está dando cuenta de que las devoluciones también son menores, por lo que al final han acabado pagando lo mismo", agregó.
Los que sí que han pagado menos impuestos han sido las grandes empresas y los miembros de la élite, afirmó Stacy, quien cita un reciente informe del mayor banco estadounidense JP Morgan en el que la entidad reconoce haber ganado más de 3.000 millones de dólares gracias a la bajada de impuestos.
"Esto no contribuye al crecimiento económico"
"Los lobistas de las grandes empresas llevaban años presionando para que se aprobara una reforma fiscal así, que contaba con el apoyo de los partidos Demócrata y Republicano, y por fin lo han conseguido; algo que, supuestamente, beneficiaría al ciudadano de a pie", criticó la conductora del programa.
Sin embargo, la bajada de impuestos no ha estimulado el crecimiento de la economía del país, sino únicamente al mercado bursátil, ya que las grandes empresas han invertido sus ganancias en la recompra de acciones y no en obras de infraestructura, salud, educación... "Lo que está claro es que las empresas no van a invertir nunca en la economía estadounidense, porque saben que está completamente vacía", añadió Stacy.
Por su parte, el invitado de este episodio, Rick Ackerman, explica que el hecho de que las compañías inviertan miles de millones de dólares en la recompra de sus propias acciones hace que se incremente el precio de las mismas.
"Eso no contribuye en nada al crecimiento económico, más allá del continuo enriquecimiento de los accionistas a medida que la empresa va comprando todas las acciones", asegura Ackerman, quien no cree que "el estímulo económico que ello supone se traduzca en crecimiento, como sí se traduce la inversión de capital en investigación y desarrollo".