En esta edición del programa, Max y Stacy discuten sobre el gigante de las oficinas de 'coworking', WeWork, que recientemente ha cancelado sus planes para debutar en Wall Street y ha retirado su oferta pública inicial de acciones (OPI). La empresa se dedica a rentar o comprar edificios en diferentes partes del mundo, transformarlos por dentro y convertirlos en espacios laborales compartidos.
Respecto a eso, Stacy cita al analista Josh Brown que subrayó que "lo importante es que los bancos de Wall Street y sus divisiones de gestión de la riqueza han estado así de cerca de venderles WeWork por 50.000 millones de dólares, cuando ahora ni siquiera está claro si valga 10.000 millones o incluso que vaya a salir a Bolsa".
En ese sentido, Max agrega que "el principal impulsor" de esa idea ha sido JP Morgan. "Este satán de Wall Street ha estado a punto de sacar a Bolsa esa enorme bola milmillonaria de materia fecal y vendérsela a los fondos de pensiones y a los fondos de inversión de un montón de estadounidenses para conseguir un beneficio inmediato, como suele hacer", asevera.
Sin embargo, el presentador no cree que eso traiga consecuencias para el banco, ya que los ejecutivos de las grandes empresas estadounidenses se creen con carta blanca para hacer lo que les venga en gana.
"[El exfiscal general] Eric Holder ya se encargó de garantizar durante el mandato de Obama que en EE.UU. no se persigan los delitos financieros, y que encima, quienes los cometen se consideren héroes y quienes intentan sacar a Bolsa una auténtica basura a través de JP Morgan se consideren inmortales. Y eso solo puede acabar mal", concluye.
Un modelo sin sentido
Por su parte, Stacy señala que la situación con WeWork es preocupante porque tiene que ver con el sistema monetario. De acuerdo con la presentadora, se trata de una empresa con 34.000 millones de dólares en pasivos a largo plazo (es decir, en alquileres que deben pagar en los próximos 15 años) pero con flujos de ingresos a corto plazo de sus oficinas temporales. "Ese modelo carece totalmente de sentido", explica.
"El problema son los intereses negativos, la pérdida de importancia del factor tiempo y el fraude omnipresente, que son los que han traído consigo la aparición de este modelo", destaca Stacy.
Max, a su vez, agrega que "en el mundo de los negocios solo puede cometerse un único pecado capital: hacer que los pasivos a largo plazo que no coincidan con los ingresos". Y lo que ha hecho WeWork ha sido "vender ese pecado capital como si en realidad se tratara de un valor añadido".
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