En la primera parte de este episodio, Max y Stacy hablan del fenómeno de las 'Guerras del hash', que ocurren cuando las naciones empiezan a adquirir y minar bitcoines. EE.UU. y China son los principales actores de esta carrera.
De acuerdo a Max, el país asiático, teniendo en cuenta la caída inminente del dólar, apuesta a instrumentos financieros alternativos, como el oro o el bitcóin. Refiriéndose a la reciente decisión del Banco Central de China, que empezó a considerar la criptomoneda más popular del mundo como "una alternativa de inversión", Stacy comentó que las autoridades pasaron de la etapa de crear su propia moneda a la de que el bitcóin sea parte de la base del futuro sistema de pagos internacional.
Max se mostró de acuerdo con esta opinión, y subrayó que crear monedas digitales nacionales significa aumentar la "basura centralizada", guiándose por la misma mentalidad que "los burócratas, que creen que saben más que nadie, intentan crear competencia y pierden".
La segunda parte del programa está dedicada a la problemática de las revoluciones culturales. Según Charles Hugh Smith, el experto invitado, este fenómeno tiene dos partes. Una consiste en "corrección política extrema, cuando cualquier desviación o desacuerdo con las relaciones públicas aprobadas acarreará un castigo instantáneo". Mientras que otro elemento tiene que ver con las condiciones, en los que surgen. Se producen cuando la gente "no tiene una voz política legítima".
Los presentes convinieron en que esta situación, que tuvo lugar en China en los años 50-60 del siglo XX, podría ocurrir en EE.UU. en un futuro próximo. "Todas las élites podrían ser destronadas, porque estamos hartos de la opresión y de su dominio de la estructura de poder", puntualizó Smith.
No obstante, en su intento de "mantenerse torpemente" en el poder, la élite estadounidense gobernante apela constantemente a la presencia de conflictos geopolíticos, confrontación con China y otros países a fin de encontrar un elemento unificador de la nación. En este sentido, no es la confrontación, sino la libre y justa competencia la que podría unificar al país de una manera más eficiente.