La cadena de suministros y el comercio mundial podrían verse gravemente afectados en caso de que China vuelva a imponer un nuevo confinamiento debido a la variante Delta del coronavirus, advierten los presentadores del programa tras el cierre parcial del segundo mayor puerto de carga del mundo, el de Ningbo Zhoushan, por un caso de covid-19 detectado en un trabajador vacunado.
"Como en China empiecen a darse nuevos casos de covid, van a tener que cerrar y alguien tendrá que sustituirles al frente de la producción", apunta Stacy. "Aunque hace algo más de un año todo el mundo [en EE.UU.] se empeñaba en la necesidad de restablecer la producción nacional, eso no ha llegado a pasar y lo único que se ha hecho ha sido emitir moneda", agrega.
"Estados Unidos no fabrica nada y, por tanto, depende totalmente de China", critica Max. También cuestiona si en realidad la economía estadounidense se encuentra en crisis debido a los efectos de la pandemia, porque "las bolsas cotizan en máximos históricos, la vivienda también, y lo mismo el mercado de deuda. Así pues, ¿dónde está la crisis?", se pregunta.
"Se han metido en un callejón sin salida"
Por otro lado, respecto a la propuesta del FMI de reeditar los acuerdos de Bretton-Woods de 1944, el invitado de este capítulo, Alasdair MacLeod, opina que la iniciativa se debe a que los bancos centrales "se han metido en un callejón sin salida y no saben cómo escapar de él".
Además, considera que China de momento no está interesada en el desplome de la moneda estadounidense, porque el gigante asiático tendría en su poder unos "3 billones de dólares entre depósitos bancarios, bonos del Tesoro de EE.UU." y otros activos. Si Pekín instigara un desplome de la divisa estadounidense, eso "sería como provocar una guerra nuclear, solo que a nivel financiero", concluye MacLeod.