RT reporta (E32): Saharauis. Un pueblo, una causa
El Sáhara Occidental es la última colonia africana. Sus habitantes son refugiados permanentes, una contradicción en sí misma y un desafío a la política internacional.
El pueblo saharaui es víctima de la mayor barrera militar del mundo entre Estados, una de las zonas más contaminadas por minas antipersona. Sus integrantes viven en un territorio hostil, pero han convertido unos simples campamentos humanitarios en un auténtico Estado. La República Árabe Saharaui Democrática no está reconocida de manera oficial, pero más de 80 países sí la reconocen extraoficialmente, pero no España. Celebra elecciones, tiene un Gobierno —el llamado Frente Polisario— y está estructurada en 'wilayas' y 'dairas', que son ciudades y pueblos.
A las terribles condiciones de vida se le añade el reciente aumento de la fragilidad del sistema humanitario que sostiene el sistema. "Estos campamentos viven de la ayuda internacional; por lo tanto, los recortes que ha sufrido este sector repercuten negativamente en el apoyo humanitario. La situación es realmente preocupante", cuenta Abdulah Arabe, delegado del Frente Polisario en la Comunidad de Madrid.
Intermón Oxfam ha calificado este año 2015 como un auténtico desafío para los refugiados saharauis: las necesidades humanitarias están cifradas en 33 millones de euros.
"A veces, la situación que se vive en el ámbito del Derecho internacional es kafkiana. No me explico por qué las resoluciones del Tribunal de Naciones Unidas y de la Corte Internacional de Justicia no se respetan ni ejecutan desde hace muchísimos años. ¿Para qué está la ONU, para que se deje presionar por España, Francia u otros países o para hacer cumplir la legalidad internacional?", lamenta Manuel Ollé, abogado de las familias de víctimas saharauis.
Para la mayoría, la palabra 'saharaui' significa 'relativo al desierto del Sáhara'. Sin embargo, para este pueblo encierra todo un sentimiento patriótico y una idea colectiva de esperanza, de resistencia permanente pese al miedo: todo por obtener la libertad, por el derecho a decidir sobre su territorio. Los saharauis entregan su vida por la tierra prometida, un lugar que muchos de los nacidos en los campamentos ni siquiera conocen. Aún así, no pierden la esperanza.