La región de Guantánamo, en Cuba, alberga una base naval estadounidense desde 1903 que perdió su propósito estratégico original para pasar a convertirse en un catalizador entre las tensiones entre Washington y La Habana. Ahora es una prisión militar para individuos sospechosos de terrorismo donde, según informes, se violan los Derechos Humanos.
Un foco de vicio, perdición y prostitución
Desde la aparición de esta base estadounidense, las consecuencias para la población local fueron inminentes. De ello es testigo el pequeño poblado de Caimanera que puede dar fe de que los marines no tardaron en convertir la localidad en un gran prostíbulo lleno de bares, donde el vicio y el alcohol marcaban el día a día de sus pobladores.
Como explica la historiadora cubana Noralis Palomo, natural de Caimanera, "los mayores impactos para la población están en el orden social porque convirtieron a estas ciudades, a las mujeres fundamentalmente, a su población, en un antro de perdición y prostitución".
Caimanera llegó a tener unos 27 prostíbulos donde traían a mujeres de todo el país, muchas de ellas engañadas, y donde las infraestructuras "se iban creando en función de alimentar las necesidades de esos marines que venían a gastar", aclara Palomo. "Los cubanos tenemos prohibido no olvidar, pero Guantánamo y Caimanera lo tienen mucho más por todo lo que vivió Guantánamo vinculado a esa base", concluye.
Guantánamo como herramienta para provocar una guerra
Tras la Revolución Cubana en 1959 desaparecieron todos los prostíbulos y vicios de la zona, aunque la Base Naval de EE.UU. se convirtió en un peligroso foco de tensión. Jesús Lara y Rafael Piquera, antiguos compañeros y fundadores de la Brigada de la Frontera, una gran unidad militar que bordea la Base de Guantánamo, cuentan cómo muchos de sus camaradas y conocidos de la época fueron asesinados o resultaron mutilados por las provocaciones e incursiones de los marines que partían de aquella base.
Piquera recuerda con amargura el caso un pescador asesinado y torturado en 1962 por militares estadounidenses. "Lo encontraron en la ensenada de Yuraguanal, a la deriva, torturado y asesinado, con los testículos que parecían pelotas de voleibol, clavos en la cabeza y sin uñas", describe. Esta fue una de muchas provocaciones por parte de los marines para que las fuerzas cubanas atacasen y, de esta manera, dar una excusa a Washington para atacar e invadir la isla.
"Las orientaciones que se nos dieron fue no aceptar en ningún momento ninguna provocación y así enseñamos nosotros a los soldados a no aceptar las provocaciones del enemigo, porque precisamente eso era lo que buscaban ellos" para "declararnos la guerra", explica Jesús Lara.
Ya no existen las tensiones que se vivieron hasta los primeros años de la década del noventa. Hoy ambos países impulsan un proceso de deshielo en sus relaciones bilaterales. Sin embargo, el secretismo sigue siendo parte de estas instalaciones de la bahía de Guantánamo, donde a pesar de la aparente apertura que las autoridades hacen a la prensa, seguimos sin conocer por completo qué se esconde dentro de ellas.