El nombre 'fiebre del oro' invita a pensar en codicia, en el enajenamiento que a muchos inspira el dinero fácil, acaso, en violencia. La Amazonia ecuatoriana vive en la actualidad una 'fiebre del oro', y aunque ya no se trata de aventureros individualistas, también ha traído a la región ese mismo cortejo de explotación, degradación y desorden, solo que multiplicado por el poder de las empresas involucradas. Un mundo en el que solo prosperan los que mueven sus hilos y la sordidez.