La primera corrida de toros en México se celebró en 1529 en el Zócalo capitalino para honrar al llamado conquistador Hernán Cortés. Desde entonces, la tauromaquia se convirtió en una tradición impuesta por quienes invadieron el Imperio mexica. Hoy a casi 500 años de historia, su existencia es uno de los temas más polémicos en la sociedad mexicana.
La pelea sobre la arena entre el torero y toro se traslada a la guerra abierta entre antitaurinos y taurinos. Los primeros condenan el salvajismo y la crueldad de esta tradición, mientras que los segundos defienden y jalean la tortura y el maltrato al animal.
Esta batalla no ha quedado únicamente en el ámbito de los debates, sino que ha llegado a los juzgados mexicanos. Hoy cinco estados -Sonora, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y Sinaloa- han prohibido cualquier acto taurino en sus plazas.
Luego de España, México es el segundo país con la mayor cantidad de plazas de toros en todo el mundo: 216. Además, mientras que en las escuelas taurinas españolas la edad mínima para la profesionalización empieza a los 14 años, en México lo hace a los ocho. Esto ha sido aprovechado por personas de todo el mundo, que ven en esta nación un paraíso para la tauromaquia.