Situada a pocos kilómetros de Río de Janeiro, Petrópolis atrae cada año a numerosos turistas, que, entre otros lugares, visitan el majestuoso Palacio de Verano del citado monarca —convertido en Museo Imperial—, así como la catedral de San Pedro de Alcántara. La urbe también es considerada la segunda capital de la cerveza en Brasil.
Pero su ubicación geográfica y el clima no son los mejores. Sus habitantes saben que cuando comienzan las precipitaciones, suceden las desgracias, como ocurrió en febrero de 2022, cuando llovió tanto que hubo más de 200 deslizamientos de tierra, dejando un saldo de cerca de 200 personas sepultadas y muchas viviendas destruidas.
Tras la tragedia, las autoridades intentaron reforzar las laderas de los cerros con construcciones de cemento y realizando labores de reconstrucción en las zonas afectadas. Sin embargo, el riesgo de nuevas catástrofes sigue existiendo, por lo que los lugareños tienen miedo.
Además, la ciudad cuenta con una amplia red de cámaras y altavoces que permiten mantener la vigilancia las 24 horas del día y alertar a la población en caso de riesgo. No obstante, los equipos de registro visual todavía no han llegado hasta las comunidades ubicadas en las montañas, donde viven las familias más humildes.