La falta de recursos para potenciar esta ciudad chilena se arrastra desde hace años, sobre todo tras el terremoto de 2010. Esto se traduce en una situación de abandono en sus calles, edificios y monumentos, que incluso se nota en los alrededores de la casa donde vivió el célebre poeta Pablo Neruda.
Valparaíso también se ha visto afectado por el fenómeno de la gentrificación. Los vecinos originales se han visto desplazados del barrio por los inversores inmobiliarios, hoteles y restaurantes, o simples especuladores. "Es una complicación porque se nos llena de gente que viene a vivir la vida y a pasarla bien aquí sin ningún límite", afirmó Iván Vuskovic, vecino del cerro Concepción.
La ocupación del espacio público se ha normalizado en la urbe, que está repleta de grafitis, así como también el de la propiedad privada. En el área patrimonial son frecuentes los delitos de ocupación ilegal de los bienes inmuebles.
Uno de los problemas que agobia a Valparaíso es la creciente delincuencia. El índice de criminalidad ha aumentado considerablemente, por lo que existe una sensación de inseguridad. Ante esta situación, los habitantes tienen miedo a ser víctimas de un delito, por lo que muchos optan por no salir de casa por la noche.