A día de hoy, Ucrania vive un conflicto congelado a nivel diplomático y sufre una de las peores crisis que se recuerdan: con un país destruido parcialmente, con una inflación por las nubes, con un subdesarrollo a nivel industrial y empresarial mayúsculo y con una deuda soberana a la que no es capaz de hacer frente.
"Una revolución que surgió como la solución para todos los males y que no ha hecho más que hundir al país en una crisis que no parece tener final. Este pasado domingo Ucrania no pagó la deuda que acumula con Rusia, unos 3.000 millones de dólares. ¿Dónde se encuentra ahora ese apoyo de la tan querida Unión Europea o de EE.UU.? ¿Dónde están los millones invertidos por Washington y sus nuevos socios?", plantea el presentador del programa de RT 'El zoom', Javier Rodríguez Carrasco.
¿A Ucrania se le tolera todo?
El presentador de 'El zoom' critica que el FMI cambiara las reglas del juego dos semanas antes de la fecha en la que debía pagar su deuda soberana para salvar a este país de la quiebra.
"Parece que lo que sí que vale para Ucrania el resto de países no se lo puede aplicar. Que le pregunten a un griego, a un portugués o a alguno de mis compatriotas españoles. ¿Por qué ellos han tenido que cumplir sin rechistar las desproporcionadas condiciones del FMI?", indica el presentador de RT.
Según Rodríguez Carrasco, al actual Gobierno de Kiev "se le tolera todo" porque "en este caso la deuda es con respecto a Rusia". "¿Y si hubiera sido con otro país como Alemania, por ejemplo? Se hubiera pagado hasta la última grivna", añade.
Kiev convierte su impago en una postura política
"Es una postura política; porque está claro que si uno no tiene dinero es imposible que pague la deuda, pero al menos lo que puede hacer es comenzar las negociaciones para buscar la manera de reestructurarla", opina el politólogo Rostislav Íschenko.
"Y es más, Ucrania intentó lograr que esta deuda soberana pasase a calificarse como privada, ofreciendo a Moscú que Rusia participase en el club de acreedores privados y negociara con Ucrania en función a su reglamento", critica el experto.
"Ucrania es un títere de EE.UU."
"Ucrania sigue siendo un títere de EE.UU. Pero ahora ha llegado a su etapa de decadencia, cuando se ha convertido en un gravoso lastre para EE.UU.", sostiene Íschenko, quien añade que "la única función" que sigue cumpliendo Kiev "es dar mordiscos a Rusia". "Todo lo demás no le favorece a EE.UU., sino que le perjudica", añade.
En la misma línea, Rodríguez Carrasco apunta que el Gobierno de Kiev "deberá estar durante un tiempo muy prologando subyugado a otros países, ya que la deuda que arrastra no se saldará de un día para otro y su situación económica está muy lejos de vivir un milagro".
"Ucrania lo que puede es desaparecer, pero no está en condiciones de cumplir ningún acuerdo, aunque si cumpliese el acuerdo de Minsk, tendría posibilidades de salvarse", sentencia el politólogo.