"Me asalta la duda de si no estamos en una especie de colonialismo 2.0 en el que muchos son esclavos en vida debido a la codicia de las grandes corporaciones y otros, creyéndose soberanos, están sujetos bajo el yugo de aquellos que les dicen cómo vestir, qué beber o qué pensar", plantea el presentador del programa de RT 'El Zoom', Javier Rodríguez Carrasco.
Según Rodríguez Carrasco, nos han hecho creer que somos libres y que nuestro bienestar no tiene precio "pero solo unos pocos se benefician de un sistema que ellos han creado y que hace sufrir a millones de personas en el mundo".
¿Hasta dónde llegan los tentáculos de las corporaciones?
Las 10 empresas más poderosas y ricas del mundo tienen unos ingresos conjuntos que suman 3,3 billones de dólares, lo que equivale al 4,5 % del PIB mundial.
Teniendo en cuenta el índice de la ganancia pura, RT ha realizado comparaciones para demostrar cómo algunas grandes empresas tienen economías equivalentes al PIB de ciertos países. Por ejemplo, Honduras tiene un PIB igual al de Chevron, Jamaica equivale a lo que gana Royal Dutch Shell y Apple equivale al PIB de hasta cuatro países (Zimbabue, Laos, Namibia y las islas Comoras).
¿La esclavitud del siglo XXI?
John Perkins, autor de libros como 'Confesiones de un sicario económico' o 'La historia secreta del imperio estadounidense', indica que actualmente existe "un tipo de esclavitud distinto". "Aunque todavía queda algo de esclavitud física, en su mayor parte esta se refiere a la deuda. No a estar encadenados, sino endeudados", explica.
Perkins apunta que "tenemos un sistema económico global fallido basado en el miedo, la deuda, la militarización y básicamente la destrucción de los recursos de los que se depende" y critica que tanto el expresidente hondureño Manuel Zelaya o el exmandatario venezolano Hugo Chávez sufrieron diversos intentos de golpes de Estado por enfrentarse a las corporaciones.
"El sistema económico de los sicarios"
"En los últimos doce años el sistema económico de sicarios se ha expandido desde los países en vías de desarrollo hasta EE.UU., Rusia, Europa y por la mayor parte del mundo", sostiene Perkins, añadiendo que el sistema "se pone en práctica mediante lobistas, políticos y personas que representan a las corporaciones pero que, en muchas ocasiones, actúan como representantes de los países".
Asimismo, el experto añade que actualmente existe a escala global una "corporatocracia o personas que dirigen las mayores corporaciones" a quienes "les une un objetivo común: maximizar los beneficios sin reparar en los daños sociales o medioambientales". "Los gobiernos de todo el mundo están bajo el pulgar de los líderes de las corporaciones", denuncia.
Los gobiernos, ¿cómplices de las corporaciones?
Juan Hernández Zubizarreta, investigador del observatorio de multinacionales en América Latina, sostiene que actualmente no existe una corte internacional que regule los actos criminales de las multinacionales, como por ejemplo, la explotación infantil, la contaminación o la violación de derechos laborales, debido a que "la presión del poder corporativo es muy fuerte" y a que "los gobiernos mantienen una complicidad con el poder corporativo y se niegan en redondo a dar cuentas de las prácticas que están llevando adelante".
Asimismo, Hernández Zubizarreta destaca que el poder de estas corporaciones está en todos los ámbitos como el político, económico, mediático y educativo, "lo que les permite actuar con una impunidad sin precedentes", y critica que los acuerdos de comercio e inversiones son estructuras de un aparato jurídico de dominación.