Maidán, ¿camino a ninguna parte?: La realidad de Ucrania 2 años después de la revolución
"Dos años después de Maidán, Ucrania deambula entre la incertidumbre política, la inestabilidad social y la bancarrota económica como si fuera un espectro sin destino ni rumbo. Las promesas de la Unión Europea y el apoyo de EE.UU. se han ido disipando a la vez que se ha mantenido el conflicto que el país tiene con las autoproclamadas repúblicas de Donestk y Lugansk", plantea el presentador del programa de RT 'El Zoom', Javier Rodríguez Carrasco.
"¿Le interesa a Poroshenko seguir tensando la cuerda en esa zona? ¿Es tan necesario el escudo de la OTAN para protegerse de Rusia? ¿Cómo están realmente hoy los ucranianos?", se cuestiona.
"Para los que creían que era un milagro, es una decepción"
"Para los que creyeron que aquello podía ser un milagro la decepción es clara. Para los que vivimos aquello en el contexto de lo que era, los resultados dos años después son los esperados", sostiene el politólogo y observador en el referéndum de Crimea en 2014 Enric Ravello Barber.
"La revuelta del Maidán hay que entenderla en la dinámica de las famosas revoluciones naranjas (…) porque han estado financiadas desde EE.UU. y en concreto por George Soros, para desestabilizar Europa Oriental, para alejar a Rusia del espacio post-soviético y para enfrentar a Rusia con Europa", explica el politólogo, añadiendo que "si esos eran los objetivos, que los eran, dos años después han triunfado plenamente".
"Poroshenko quiere repetir el escenario de la Guerra Fría"
"A Poroshenko, títere de EE.UU., le conviene repetir el escenario de la Guerra Fría: repetir unos conflictos más o menos tensos, constantes, inacabables y enquistados en zonas europeas, que lleven geopolíticamente a un enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, pero sobre todo entre Rusia y Europa Occidental", sostiene Ravello Barber.
Por su parte, el politólogo Piotr Akópov sostiene que a Kiev le conviene la escalada de tensión en el este del país porque "así demuestra que necesita más ayuda militar, económica y geopolítica". "Se está haciendo la víctima de una agresión rusa apelando así a la opinión pública y a los gobiernos de Occidente. Exige que le ayuden más y que presionen más a Rusia. En este sentido, le conviene, pero en realidad se hubiese deshecho hace tiempo de Donetsk y Lugansk para pasar a estar bajo el protectorado de Occidente", opina.
¿Existe una solución?
"Solo puede haber una solución: que en Ucrania lleguen a un fin lógico aquellos procesos que empezaron en parte en el año 1991 y, sobre todo, en el 2014, después del Maidán", afima Akópov.
Según el politólogo, "los procesos de luchas y conflictos internos tienen que llegar a un punto en el que la mayoría de los ciudadanos entiendan que el gobierno de los oligarcas está llevando al país al abismo, que no hay perspectivas para la eurointegración". "Cuando vean que simplemente les están engañando, entonces habrá posibilidad de que lleguen al poder personas dispuestas a normalizar las relaciones con Rusia", destaca.
"En ese momento Ucrania empezará a tener futuro, tanto como socio de Rusia como en calidad de país neutral. Es difícil saber cuándo llegará este momento", sentencia Akópov.