EE.UU. y algunos Estados europeos no dudan en señalar a los piratas informáticos rusos de ser los causantes de las nuevas catástrofes y males que llenarán de inestabilidad a nuestro mundo a partir de este año 2017. "Creo que están cayendo demasiado bajo los Obama y compañía", señala el presentador de 'El Zoom' Javier Rodríguez Carrasco. "La paranoia que gira en la administración saliente tras el terremoto de las urnas que trajo la victoria de Trump ya roza lo cómico", añade. El periodista se pregunta si no hay mejores argumentos para demonizar a Moscú.
La contrainteligencia en el ciberespacio
Según el director del Centro Nacional de Excelencia en Ciberseguridad (CNEC) de la Universidad Autónoma de Madrid (España), Enrique Ávila, "no es fácil, pero sí factible", averiguar el rastro de un 'hackeo' como el que dice EE.UU. que ha sufrido durante las pasadas elecciones presidenciales.
"Existe la posibilidad de contrainteligencia introduciendo en el ciberespacio falsos responsables de una determinada actividad", explica Ávila. "Puesto que no hay identidad digital única para los usuarios en el dominio del ciberespacio, es siempre indiciaria la obtención de pruebas en determinados hechos relevantes", precisa.
No obstante, Ávila recuerda que una concatenación de un conjunto de evidencias e indicios sí que pueden permitir resolver los problemas de la falta de evidencia digital y, por tanto, demostrar el origen de los piratas informáticos.
La arrogancia que precedió a la caída del Partido Demócrata
Para el analista político Ricardo Amado Castillo, el Partido Demócrata de EE.UU. "aún no ha encontrado explicaciones a su derrota y acusa sin pruebas a Rusia del supuesto 'hackeo'". Asimismo, Amado Castillo considera "muy delicado" generar dudas sobre la democracia en lo referente a la victoria de Trump, puesto que la Administración Obama ha insistido que piratas informáticos rusos influyeron durante las elecciones para que Donald Trump fuese elegido presidente de EE.UU. sin tener pruebas de ello.
"Trump hace bien en defender la legitimidad de su victoria y no puede permitir que eso se cuestione ni que le impongan una agenda contraria a Rusia", dejando claro que entre Washington y Moscú habrá colaboración y no malas relaciones, apunta el analista político. "Los demócratas perdieron por elitistas, por arrogantes y por no entender a la clase media trabajadora", concluye.