Rusia-UE: Diplomacia bajo cero
La UE trata de mantener que Rusia es una 'amenaza potencial', pero con la que convendría no estar muy en desacuerdo para volver a relanzar los negocios, la industria o el sector agropecuario. ¿De qué le vale a Bruselas seguir tensando la cuerda y alimentar las sanciones? ¿Realmente los europeos creen que Putin conspira para alterar los resultados de las elecciones en sus países?, cuestiona el presentador de 'El Zoom'.
Rodríguez Carrasco considera que las relaciones entre Moscú y Bruselas "están congeladas", tal como se confirmó durante la primera visita oficial a Rusia que este lunes realizó Federica Mogherini: "En sus palabras no ha habido más que luces y sombras: 'queremos colaborar, pero no somos socios' o 'debemos ir de la mano, pero Rusia no es un amigo del bloque'".
¿Bruselas tiene voluntad de mejorar las relaciones con Moscú?
El discurso de Mogherini "es más un trabalenguas", pero sí ha quedado claro que la posición del bloque comunitario frente a Rusia es "férrea" debido a la crisis ucraniana, continúa el conductor del programa, al que le ha llamado la atención que solo se habla de que Moscú cumpla los Tratados de Minsk, pero prácticamente no se escuchan exigencias de la UE para que Kiev acate esos acuerdos. "Y lo peor es que se olvidan que Ucrania sí está implicada directamente en esta crisis, mientras que Rusia tan solo participa como mediador en esa mesa de diálogo".
Según el conductor de 'El Zoom', muchos países de la UE ya están cansados de este juego de sanciones antirrusas que no beneficia a casi nadie. Así, la economía ucraniana está por los suelos, mientras que la rusa no se hunde, "como querían muchos". Además, varias naciones europeas sufren, debido a que la postura de defender a Ucrania por parte de Bruselas perjudica a sus economías.
El periodista finaliza el programa con "cierto sabor agridulce, como cuando se ha perdido una gran oportunidad", debido a que parece que la diplomacia funciona poco en determinados asuntos en los que sería más necesaria que las posiciones de fuerza. Así, Rodríguez Carrasco concluye que intentar arreglos entre la UE y Rusia parece que pone entre la espada y la pared muchos de los postulados del 'establishment' que guiaba a Europa desde Estados Unidos y que ahora parece haberse asentado en las instituciones comunitarias, que "miran más a la política de escaparate que a las necesidades de sus ciudadanos".