Guta: Tregua infectada
Siria sigue intentando cerrar una guerra que parece no tiene final. El Ejército avanza sobre las facciones terroristas y encara una lucha definitiva por el estratégico enclave de Guta Oriental, que encarna todo el horror de este conflicto. Esa zona está infectada de terroristas y facciones extremistas que lanzan ataques con fuego de mortero hacia Damasco. Han hecho a miles de civiles sus rehenes y con sus luchas sectarias han llevado a la población al extremo.
Sin embargo, se acusa a Rusia y Siria de atacar blancos civiles de forma intencionada y de ser los responsables del sufrimiento de los niños sirios.
"Pero se habla poco de otros asedios, como el que sufre Yemen. Eso mejor nos lo callamos. Mejor hablamos solo de los niños que no tienen qué comer en Guta, pero no nos acordamos de los que mueren a causa de nuestras bombas. Mejor señalar como siempre a un enemigo, hacernos los sensibles y que la opinión pública se encargue de dar la sentencia", reflexiona Rodríguez Carrasco.
Guta necesita ser limpiada de extremistas y de esos que llaman 'moderados', y claro que no se quieren bajas civiles. En Guta de nuevo hay en juego muchas cosas. Nos intentan vender una historia que se lleva repitiendo día tras día desde que estalló esta guerra: el que sobra es Assad, y los 'rebeldes moderados' se nos presentan como si fueran unos héroes que luchan contra un tirano y no como extremistas que quieren imponer la sharia y que usan a los civiles sin importarles nada su vida. Esta es la "resistencia" que hoy "lucha" en Guta, asegura el conductor del programa.
Señalar solo a una parte como culpable de lo que pasa en Siria es ponerse una venda y no querer ver la realidad. Es colocársela solo cunado interesa. Es fácil usar a las personas cuando hay muchos intereses propios detrás, y esos cínicos objetivos son los que están haciendo que la bandera blanca se retrase y no pueda ser alzada definitivamente en Siria, concluye el periodista.