La gorila que se expresaba con lenguaje de signos nos advirtió sobre la estupidez humana

Koko fue una gorila muy particular. Aparte de contar varios amigos famosos y de ser una amante de los gatos, su mayor singularidad es que tenía una extraordinaria capacidad de comunicarse con los seres humanos. Por eso, su muerte, ocurrida este martes por la mañana mientras dormía, ha llenado de tristeza a la Fundación Gorila de San Francisco (California, EE.UU.), donde residió durante décadas.