Según informa el periódico 'El Ciudadano', el arqueólogo experto en geoglíficos y movilidad andina precolombina, Gonzalo Pimentel, afirma que las figuras que miden de 10 a 300 metros están "más relacionadas con la naturalezadel hombre que lo que muchos otros quieren creer".
De acuerdo con el arqueólogo, las siluetas extrañas, algunas de las cuales parecen humanas, son "un tipo de arte rupestre vinculado a las antiguas rutas caravaneras que los viajeros dejaban como señal de su paso y de su edad".
"Las figuras son obra y gracia del Mundo Andino Precolombino, de los ancestros locales que en su afán de domesticar el desierto, de dotarlo de contenido y cultura, nos pintaron las laderas de los cerros con enormes figuras como si quisieran competir con el infinito desierto", explicó Pimentel. El científico señala que se trata de diferentes grupos humanos como los atacameños, tarapaqueños, aimaras y quechuas.
Pimentel también advierte que las figuras frágiles, pese a su buen estado de conservación gracias al medio ambiente del desierto, pueden ser gravemente dañadas en el proceso de su estudio.