¿Por qué Japón permite la pedofilia en el cómic?

En Japón son legales las historietas y los dibujos animados para adultos que muestran a personajes menores de edad manteniendo relaciones sexuales o incluso siendo violados. Aunque la existencia de este tipo de 'manga' y 'anime' es motivo de críticas tanto en la comunidad internacional como en el propio país, las autoridades niponas no consideran necesario prohibir esta clase de pornografía.

En pasado junio los parlamentarios japoneses prohibieron la posesión de imágenes reales de abuso sexual de niños, convirtiéndose así en el último país de la OCDE en tomar esta decisión, aunque la producción y distribución de este tipo de material pornográfico ya fueron declaradas ilegales en 1999. Algunos de los legisladores propusieron declarar ilegales los cómics 'manga', el 'anime' y los videojuegos que contienen escenas de abuso sexual de menores, pero tras largos debates la prohibición del abuso 'virtual' de niños no prosperó.

Para intentar comprender los motivos de la decisión de los legisladores nipones, y también para acercarse a los aficionados a las historietas y dibujos animados pedófilos y al 'lolicon' (de 'complejo de Lolita'), el periodista de la BBC James Fletcher visitó la exhibición Sunshine Creation, que reunió en Tokio a miles de fans del cómic japonés.

El reportero fue recibido por uno de los organizadores, Hide, que lo condujo hasta la sección de "creaciones sexuales", donde se podían hojear historietas que muestran a niñas en situaciones sexualmente explícitas. Algunos de estos cómics narran historias de incestos o violación de menores.

"Todo el mundo sabe que el abuso de menores es algo malo", explica Hide. "Sin embargo, podemos tener emociones de ese tipo libremente. No está vetado tener fantasías sexuales con niñas", alega.

A juzgar por la sorprendente franqueza de Hido y la cantidad de visitantes de la exposición, el reportero sugiere que la negativa del Parlamento japonés a prohibir el 'abuso virtual' de menores se debe posiblemente a que el Gobierno no quiere convertir en criminales a millones de aficionados al 'manga'.