Dos pequeños lobos comenzaron a formar parte del refugio el verano pasado cuando cazadores locales los trajeron del bosque. "Los primeros días no fueron fáciles ya que no todos los perros aceptaron a los nuevo vecinos", revela el dueño del refugio, Dmitry Samóilov, en una entrevista para RT. Por desgracia, un lobo murió pronto después de su llegada y Hanti se quedó sola.
Con el tiempo, la pequeña loba se ha convertido en una verdadera belleza salvaje. Hoy puede comprender órdenes sencillas como 'sentado', 'quieto' o 'pata'.
El dueño del refugio confiesa que nunca se le ha ocurrido la idea de entregar la loba al circo o dejarla en manos de los profesionales. "Sería una traición. Ya estamos acostumbrados a ella y tampoco Hanti se iría a ningún lado. ¿Cómo viviría sin mí?", afirma Dmitry.
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