La pareja recurrió a esta curiosa solución, dado que la mujer no contaba con la documentación necesaria para ingresar al espacio Schengen, informa la agencia UPI.
"¡Hola y esta es mi esposa!", exclamó el hombre, cuando los oficiales abrieron su equipaje.
Sin embargo la pareja pudo regresar a Bielorrusia sin que se le presentaran cargos, a pesar de que la legislación local prevé penas de más de tres años de prisión por violación de las leyes migratorias.
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