Cuando varios hombres armados y con explosivos irrumpieron la madrugada del jueves 2 de abril en el campus de la Universidad de Garissa, la estudiante Hellen Titus decidió esconderse en un armario. Pero su refugio no le sirvió más de una hora: los terroristas la encontraron y la llevaron junto con decenas de otros estudiantes a una sala que normalmente se usaba para ver la televisión, donde los echaron al suelo, informa el portal Eyewitness News.
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Posteriormente, los agresores anunciaron que el Corán prohíbe asesinar a mujeres, por lo que mataron a todos los estudiantes varones que se encontraban en la sala, cuenta Hellen, de 21 años. No obstante poco después los terroristas cambiaron de opinión y empezaron a abrir fuego también contra las jóvenes. "A mí no me dieron", explica.
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En un intento desesperado por sobrevivir Hellen se manchó la cara y la ropa con la sangre de los compañeros que yacían abatidos cerca de ella. Cuando los terroristas se acercaron a Hellen, la estudiante fingió estar muerta. "Me embadurné completamente con la sangre", contó la sobreviviente desde el centro improvisado para los estudiantes evacuados.