Posteriormente Virginia Ruiz fue forzada a abandonar el lugar y los puntilleros remataron al toro. "Todavía estaba vivo antes de que le dieran la puntilla final en el cuello. Estaba llorando, tratando de mirar a la gente", dijo la activista, citada por el Colectivo Antitaurino Marbella.
"Quería darle amor antes de que abandonara esta tierra", dijo Ruiz, y confesó que algunas personas de la multitud le escupieron y la insultaron. Además, la activista ahora se enfrenta a una multa de 7.000 euros por sus acciones.