Solo algunos de los aldeanos de esta localidad brasileña pueden salir de casa por el día sin exponerse a un peligro mortal, por lo que Araras "parece un pueblo fantasma", informa 'The Daily Mail'. 600 de los 800 los residentes padecen una enfermedad poco común de carácter genético. Varios aldeanos tienen todos los síntomas de la dolencia y son susceptibles a una forma agresiva de cáncer de piel.
"Si salgo, siento que el sol me quema", ha contado el aldeano Djalma Jardin. "Me voy a la cama y al despertar al día siguiente veo que aparece una pequeña mancha, y luego en un par de días está creciendo rápidamente, como la que yo tengo en mi ojo que nunca dejó de crecer", ha declarado el hombre. "Es una enfermedad terrible, terrible", ha concluido. Después de la entrevista, el estado de Djalma empeoró y esta enfermedad le costó la vida, indica el diario.
Carlos Menck, biólogo genético de Sao Paulo, junto con su equipo, realizó pruebas a todos los habitantes del pueblo y encontró que los 600 que padecían la enfermedad portaban un gen recesivo de la xeroderma pigmentosa. Según la dermatóloga Sulamita Chaibub, que trató a varios pacientes de Araras, una alta concentración de personas con el gen defectuoso que se casan entre sí, provoca que el genoma de una persona reciba el gen recesivo de la madre y del padre, por lo que nada ya lo detiene y aparece la enfermedad que por el momento no tiene ninguna cura.