Los notables del pueblo, unidos para estafar a una familia con problemas mentales
Empresarios, abogados, un juez, una escribana y hasta un parapsicólogo están involucrados en una organización montada con el fin de arruinar a una mujer y a sus dos hijos, que habían heredado una fortuna. La historia comenzó en 2004 y hace unos meses fue arrestado el último de los involucrados.
Aquel año un hombre heredó una fortuna de su tío, un producor rural al que había cuidado. Cuando el hombre murió, su hermano Nelson Clemente, carpintero, se quedó con un campo ubicado a las afueras de Morteros valorado en más de 2 millones de dólares. En esta ciudad se construyó una casa imponente, mientras vivía del alquiler del campo de 150 hectáreas dedidado a la explotación láctea.
Cuando Clemente falleció en 2008, Liliana, la mujer de la que estaba divorciado, y sus hijos, Nelson y Lucía, de 26 y 17 años, se quedaron con las propiedades que, además del campo y de la casa, incluían un automóvil y dinero en efectivo, publica La Voz. Sin embargo, todos aquellos bienes fueron el comienzo de su tragedia, ya que algunas de las personas más poderosas de la ciudad aprovecharon las discapacidades mentales de la familia para hacer negocios.
Para empezar los productores rurales Daniel y Sergio Rocchiccioli les compraron la mitad del campo a un precio ridículo. Más tarde, el juez de Faltas de Morteros, Diego Scamagnan, y el empresario Evelio Masut, dueño de la Televisora Centro Morteros y de la radio LRJ 200, se quedaron con la casa. Como parte del pago, entregaron dos viviendas totalmente destruidas, informa Clarín.
Antes de que les quitaran la propiedad, el parapsicólogo Pedro González -detenido hace unas semanas en la provincia argentina de Tucumán- ya había hecho su negocio, 'curádola' a cambio de varios miles de dólares. Durante su trabajo, les dijo a la mujer y sus dos hijos que en el jacuzzi se escondía el diablo, por lo que ño destruyeron a martillazos.
Los engaños siguieron. Norberto Leiva y Marcelo Butigliero, propietarios de concesionarias, les cambiaron un auto Volkswagen Vento nuevo por un Mercedes Benz usado y en mal estado y un Peugeot 307 por un Volkswagen Fox. Así, las víctimas se quedaban con vehículos viejos, mientras debían pagar por la diferencia de cada operación, explica La Voz. Pero aún hubo más, pues les cobraron una pizza a 500 pesos argentinos y hasta 1.000 pesos una clase de manejo.
Ya sumida en la desgracia, Lucía, la menor de la familia, empezó a vivir en la calle. Su pareja la golpeaba. Quedó embarazada, pero su bebé murió al mes y medio de nacer.
La investigación duró tres años
La fiscal a cargo de la causa tardó mucho tiempo en desenmarañar la trama de engaños de la que fueron víctimas la mujer y sus hijos. Sin embargo, tras un minucioso análisis y rastreando todas las pistas, logró imputar a las 15 personas que pergeñaron las estafas.
Durante sus declaraciones, todos los acusados parecían estar sorprendidos. Según 'La Voz', uno de los involucrados dijo que los Clemente "siempre" le parecieron "normales". "No vi nada que hiciera suponer su incapacidad", dijo otro. Finalmente todos fueron imputados por "aprovechamiento de incapaces" y a tres de ellos se les amplió la acusación a "estafa".