"Las autoridades quieren silenciar toda crítica. Detienen a personas en plena noche, las mantienen en lugares desconocidos durante meses, emplean la tortura física y psicológica para obtener confesiones y realizan lo que las organizaciones internacionales y las Naciones Unidas han llamado juicios farsas, donde se condena a la gente a largas penas de prisión". Lo afirma Ahmed Mansoor, activista emiratí de 46 años galardonado este martes con el Premio Martin Ennals para Defensores de Derechos Humanos por su batalla para denunciar los abusos que se cometen en su país, en las páginas de 'The Independent'.
El propio galardonado no pudo acudir a la ceremonia de entrega del premio Martin Ennals –que entrega la organización del mismo nombre– celebrada en Ginebra debido a que las autoridades de los EAU le han prohibido viajar. Sin embargo, Mansoor expresa su esperanza de que este premio arroje luz sobre los abusos de los derechos humanos diarios que tienen lugar en los EAU y en otros países ricos.
Las autoridades quieren silenciar toda crítica. Detienen a personas en plena noche, las mantienen en lugares desconocidos durante meses, utilizan la tortura física y psicológica
Mansoor afirma conocer de primera mano el alto precio que pagan los activistas que defienden los derechos humanos por su actividad. A principios de 2011, después de haber firmado una petición en favor de las reformas democráticas y económicas, el ciudadano emiratí fue sometido a "una campaña de desprestigio en las redes" realizada por el aparato de seguridad del Estado.
"Twitter, Facebook, mensajes de texto, la televisión y la radio difundieron información falsa sobre mí para crear un ambiente de odio", cuenta el activista. En la campaña se produjeron también numerosas amenazas de muerte.
En abril del mismo año el activista fue detenido y posteriormente encarcelado durante casi ocho meses. En 27 noviembre de 2011 fue condenado a tres años de prisión por "insultar a los gobernantes". Pero al día siguiente, gracias a una protesta internacional, fue indultado y liberado. Para aquel momento ya había perdido su trabajo y su pasaporte había sido confiscado.
Mansoor asegura que hay un proceso sistemático para aplastar la libertad de expresión y reunión en el país y habla de que existen cientos de encarcelados en los Emiratos Árabes Unidos únicamente por opinar.
El activista sostiene que el extremismo crece cuando la esperanza de un cambio pacífico se desvanece. "La causa de gran parte de la violencia en la región es la desesperación. Los derechos humanos están siendo violados a diario y a nadie en el mundo exterior parece importarle".
Según Mansoor, la única manera de contrarrestar la represión es revelarla. "Siempre existe la posibilidad de que vuelva a cárcel. Pero si los activistas no lo denunciamos, ¿quién lo hará?".