Esta medida se basa en la convicción de los líderes islamistas de que los hombres y las mujeres deben estar separados cueste lo cueste, según ha publicado 'The Independent'.
"Muchos doctores se han ido, en particular los ginecólogos, a quienes les han prohibido trabajar bajo amenaza de muerte", afirmó Abu Mohammes, el fundador del grupo activista Raqqa Is Being Slaughtered Silently (Raqqa está siendo masacrada de manera silenciosa). Esta información también la ha confirmado el discutido Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
A principios de este año, los médicos de la parte de Libia que controla el EI destacaron que han aumentado de manera dramática el número de abortos naturales y de enferemedades de transmisión sexual entre las mujeres jóvenes, como consecuencia de las uniones forzadas con los terroristas.
En mayo, un ginecólogo contó a los medios que, con frecuencia, las adolescentes que acuden a las clínicas son tan jóvenes que no son conscientes de su situación y que, incluso, alguna todavía juega con muñecas.
El manifiesto extremista sobre el papel de las mujeres en el EI, revelado en febrero pasado por Quilliam —una institución británica de estudios antiterroristas—, permite los matrimonios incluso con niñas de nueve años, para que den a luz a nuevas generaciones de combatientes.