El polémico ejercicio fue encargado por algunas empresas para que sus empleados valoren la vida y reconozcan qué problemas son verdaderamente importantes. Durante estos talleres, los participantes escriben cartas de despedida a sus seres queridos y firman supuestos testamentos. Luego, ven videos de personas que enfrentan las adversidades con optimismo, como enfermos terminales de cáncer que disfrutan al máximo sus últimos días o niños nacidos sin todos sus miembros que aprendieron a nadar.
De repente, según 'Daily Mail', llega el momento culminante: se recuestan dentro de ataúdes de madera, junto a una foto suya cubierta por una cinta negra y los cajones se cierran.
"Pensé que colocarse dentro de un ataúd sería una experiencia tan impactante que permitiría restablecer la mente para cambiar las actitudes", explicó Park Chun-woong, presidente de la firma de recursos humanos Staffs. Por su parte, Jeong Yong-mun, del Centro Hyowon Healing -donde se desarrolla la experiencia-, explicó que el taller está diseñado para personas que se aferran a sus problemas y para entender que las dificultades son parte de la vida.
Después de diez minutos dentro de los ataúdes, la reacción de los participantes al salir es muy variada
Después de diez minutos dentro de los ataúdes, la reacción de los participantes al salir es muy variada. Según comentó el fotógrafo francés Françoise Hugier, quen fue testigo de la experiencia en Seúl, algunos se habían quedado dormidos, otros lloraban o se sacaban 'selfies'. En ese sentido, Cho Yong-tae dijo que se dio cuenta de que "debería tener un nuevo estilo de vida" y que ahora espera "tener más pasión" por su "trabajo" y "pasar más tiempo con la familia".
Corea del Sur experimenta uno de los mayores crecimientos económicos a nivel mundial, lo que creó, entre otras consecuencias, un rápido cambio ideológico del colectivismo al individualismo. También aumentó la tasa de suicidios fruto del estrés y la depresión, con 29,1 casos por cada 100.000 habitantes -solo superada por Guyana, en América del Sur-; mientras que en 2013 esta fue la principal causa de muerte entre jóvenes de 9 a 24 años.