Un día me di cuenta de que no me apetecía salir, que me encontraba mejor en casa que en el instituto. Decía que estaba deprimido, pero, realmente, lo que ocurría es que me sentía más seguro en casa. No sabía de qué tenía miedo, de la gente quizá
'Hikikomori' es un término japonés que significa, literalmente, 'apartarse'. Quiénes son víctimas de este fenómeno social sufren de aislamiento agudo, agravado por determinados factores personales y sociales.
En Japón suele afectar más a hombres que a mujeres y a individuos que sufren fobia social o problemas de ansiedad social. Este fenómeno se ha extendido hasta otros lugares como España, informa 'El Mundo'.
Quienes lo padecen pueden encerrarse en sus dormitorios o en alguna otra habitación de la casa durante periodos de tiempo prolongados, a veces hasta años. Normalmente, no tienen ningún amigo y la mayoría duermen a lo largo del día, ven la televisión o juegan con la computadora durante la noche. Están conectados continuamente a internet. Como era de esperar, no trabajan ni estudian.
Un testigo citado por 'El Mundo', cuenta que se fue quedando cada vez más en casa tras ser despedido de su trabajo. Jugaba a los videojuegos, chateaba por Facebook y, gradualmente, se fue encerrando más y más. Dejó de salir a la calle, dejó de ir a la cocina y de asomarse a la ventana. También dejó de asearse y de hablar con su familia. Sin darse cuenta, el testigo se transformó en uno de los primeros 'hikikomoris' en España.
"Un día me di cuenta de que no me apetecía salir, que me encontraba mejor en casa que en el instituto. Decía que estaba deprimido, pero realmente lo que ocurría es que me sentía más seguro en casa. No sabía de qué tenía miedo, de la gente quizá", relata el testigo.
En Japón, de donde procede el término, este síndrome se considera una epidemia, ya que uno de cada 10 jóvenes lo sufre, siendo más de un millón las personas diagnosticadas con este mal.
El padecimiento es sufrido más que nada por varones de entre 18 y 25 años, aunque también existen casos de mujeres y pacientes de otras edades. "El desencadenante puede ser una pérdida, el fallecimiento de algún miembro de la familia, el acoso escolar o bullying, entre otros", sostiene Javier García Campayo, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza. Según él, las nuevas tecnologías juegan un papel clave en la aparición del síndrome.
El 'hikikomori' si tiene solución, como pudo comprobar el testigo entrevistado, que se recuperó de la enfermedad tras someterse a un tratamiento. "Me ayudó a salir de casa, a no refugiarme del mundo, a disfrutar junto a los demás. Me fueron cortando progresivamente Internet, me obligaban a estar en la calle un tiempo al día, a quedar con amigos. Todo ello mientras tomaba antidepresivos", explica.