La noche del 13 al 14 de enero Rusia cerró el ciclo de las celebraciones navideñas con una fiesta que, aunque no es oficial, sigue siendo una tradición arraigada en muchas familias rusas: el llamado 'Viejo Año Nuevo', un festejo que a menudo causa confusión entre los extranjeros, al igual que lo hacen muchas otras tradiciones y costumbres rusas.
¿Saben por qué la Navidad ortodoxa se celebra el 7 de enero? ¿Y qué es una 'dacha', un concepto casi sagrado para muchos rusos? ¿Y por qué nunca se debe regalar a un ruso un número par de flores?
A continuación, les explicamos las creencias y supersticiones más insólitas de los rusos, la comida más rara (pero deliciosa), los mitos más populares sobre el país más grande del mundo y mucho más.
Dos Nocheviejas
La fiesta más esperada de Rusia es, sin duda, la Nochevieja, que se celebra la noche del 31 de diciembre al 1 de enero y solo es comparable a la importancia que tiene la Navidad en los países europeos.
"Pasarás el próximo año tal y como entres en él", dice un famoso refrán ruso. Por eso, es muy habitual celebrar esta fiesta con verdadera euforia, con muchas risas y ruido, mucha alegría, para que los recuerdos de esta noche se conserven durante los siguientes 365 días.
Las casas se adornan con abetos —un símbolo de esta fiesta en Rusia—, y en las mesas el champán, las mandarinas y la ensalada Olivier (conocida en el extranjero como 'ensaladilla rusa') son obligatorios.
Las ciudades también se preparan para recibir el año nuevo: las calles y plazas se iluminan y se adornan con guirnaldas, abetos decorados y ferias con productos típicos.
Otros símbolos de esta festividad son el Abuelo del Frío (en ruso 'Ded Moroz', un personaje análogo a Papá Noel) y su nieta, Snegúrochka (de la palabra 'sneg', 'nieve').
Con la llegada del año nuevo, llegan al país las vacaciones de Navidad, que culminan (extraoficialmente) con la celebración del Viejo Año Nuevo, que es, básicamente, la Nochevieja según el calendario juliano, que se utilizó en Rusia hasta el año 1918, cuando el nuevo Gobierno soviético adoptó el calendario gregoriano, extendido en Europa desde el siglo XVI.
Aunque no se trata de una fiesta importante, es una buena excusa para reunirse de nuevo con los amigos.
La Navidad ortodoxa
Cuando se adoptó en 1918 el nuevo calendario, la Iglesia ortodoxa rusa se negó a abandonar el hasta entonces utilizado calendario juliano, retrasado 13 días respecto al gregoriano. En consecuencia, las festividades religiosas se desplazaron esos 13 días respecto al calendario seglar. Así, la Navidad ortodoxa quedó ubicada el 7 de enero.
El 6 de enero la Iglesia ortodoxa rusa celebra la Nochebuena, la víspera de la Navidad.
Por la noche, a las diez de Moscú, el Patriarca de Moscú y de Todas las Rusias (actualmente, Cirilo) oficia la ceremonia navideña tradicional en la catedral de Cristo Salvador, ubicada en el centro de la capital rusa. En la mañana del 7 de enero, el Patriarca oficia la liturgia en un monasterio moscovita.
Cabe señalar que, a nivel popular, la Navidad no se celebra en Rusia con la misma escala que, por ejemplo, en los países occidentales.
El 23 de febrero y el 8 de marzo
Otras fiestas importantes de Rusia son el Día del Defensor de la Patria (23 de febrero) y el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), ambas jornadas festivas.
El Día del Defensor de la Patria, que anteriormente era una fiesta consagrada solo a los miembros de las Fuerzas Armadas, actualmente abarca a toda la población masculina, que se considera defensora del país. Durante la efeméride las mujeres tradicionalmente hacen regalos a sus maridos, amigos o compañeros de trabajo.
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. En este día son los hombres los que tratan de demostrar la máxima caballerosidad obsequiando con flores y regalos a las mujeres y tratando de crear un ambiente festivo para todas ellas.
Máslenitsa
La Máslenitsa es una fiesta de origen pagano que se celebra en Rusia una semana antes del comienzo de la Cuaresma y simboliza la despedida del invierno y la llegada de la primavera. Por esa razón la comida más típica de este festejo son las crepes, que por su forma redonda y su color dorado se asocian con el sol.
Las actividades durante la semana de la Máslenitsa suelen variar: cada día tiene su significado.
El primer día, que se llama 'la Bienvenida', se hace un 'Chuchelo Máslenitsy' ('espantapájaros de Máslenitsa'): un muñeco de paja que simboliza el invierno y todos los vicios para quemarlo el último día de la fiesta. Este último día, a su vez, coincide con la fiesta religiosa ortodoxa del Domingo del Perdón, cuando los creyentes piden perdón a todo el mundo y deben ser perdonados para poder participar del periodo de abstinencia sin ningún pecado.
—Perdóname si tengo culpa.
—¡Que Dios te perdone, yo te perdono! —con estas palabras los ortodoxos se saludan este día.
El Día de la Victoria
El 9 de mayo, el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, es un día muy especial y muy emotivo para todos los rusos, una celebración "con los ojos llenos de lágrimas", como dice una canción popular de la posguerra, que cuenta la historia del dolor colosal, del heroísmo, de la valentía personal y de la supervivencia a toda costa en algo que nunca debe repetirse.
La invasión de la Unión Soviética por las fuerzas del Eje lideradas por los nazis el 22 de junio de 1941 acarreó cinco años de horror, devastación y fue la mayor causa de derramamiento de sangre jamás vista en la historia de la humanidad. La muy reñida victoria costó a los soviéticos más de 26 millones de vidas, con pocas familias que no hubieran perdido a un ser querido en la contienda.
Más allá de los desfiles militares y otros eventos conmemorativos, este es un día para darles las gracias a los veteranos de la Gran Guerra Patria (como se conoce en Rusia el enfrentamiento de la URSS contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial), cuyo número se reduce dolorosamente con cada año que pasa.
En este apartado, les presentamos algunas de las costumbres rusas que más confusión le pueden causar a un extranjero 'no preparado'.
Zapatos fuera: ¡póngase los 'tápochki'!
En Rusia, cuando uno entra en una casa, tiene que quitarse obligatoriamente los zapatos y ponerse 'tápochki': unas zapatillas de andar por casa que con toda seguridad le ofrecerá su anfitrión, aunque también puede llevar las suyas. Esto se hace para no ensuciar el suelo o la alfombra que a menudo cubre los suelos de las casas en Rusia.
Regalos y flores
En Rusia es muy habitual hacer regalos, tanto en las fiestas como durante las visitas. Si usted está invitado a una casa, es normal que lleve un regalo: algo sencillo, como unos bombones, una tarta o una botella de vino. A las mujeres se les puede regalar también un ramo de flores.
¡Ojo! Debe recordar que en Rusia siempre se regala un número impar de flores, ya que los números pares son para los funerales y se asocian con la muerte. Regalar flores, sobre todo en un cumpleaños o a una mujer en una cita, es muy tradicional en Rusia.
'Dacha', 'bania', 'shashlik'
Desconocida para la mayoría de extranjeros, la palabra 'dacha' es casi sagrada para muchos rusos, sobre todo de mediana y avanzada edad. Se trata de una casa de campo que suele encontrarse relativamente cerca de la ciudad y usarse estacionalmente: desde que se derrite la nieve en abril hasta los primeros fríos de noviembre.
Allí la gente se dedica a cuidar el huerto y a descansar al aire libre, así como a ir a 'bania' y hacer 'shashlikí'.
Darse un buen baño en una típica 'bania' (sauna rusa) es una de las tradiciones más extendidas en Rusia, ya que no se trata solo de bañarse, sino de todo un ritual que incluye ponerse gorros especiales, tomar té o cerveza, azotarse con ramas de abedul y filosofar sobre las glorias y tragedias mundiales.
Los 'shashlikí' —una comida y una tradición muy popular en Rusia, el Cáucaso y Asia Central— son básicamente trozos de carne marinada ensartados en una varilla que se asan a la parrilla.
Té, té y más té
¿Sabe usted cuál es la bebida más popular en Rusia? No, no es el vodka, ni muchos menos. Casi todos los rusos toman té, y lo hacen más de una vez al día: en casa y en oficina, en una cafetería y en el tren, a menudo acompañándolo con pasteles, bocadillos, bombones y un par de cucharillas de azúcar.
Si va a una casa rusa, lo más seguro es que no le dejen irse sin tomar una (o varias) tazas de té.
El 'rescate' de la novia y otras curiosidades de la boda rusa
La boda rusa está repleta de tradiciones, tanto modernas como antiguas.
Una de las más curiosas es, sin duda, el llamado 'rescate' de la novia (en ruso 'výkup'). El novio junto con todos sus amigos va a 'rescatar' a su futura esposa. Mientras tanto, los parientes y amigos de la novia crean diferentes obstáculos para impedir que el hombre consiga entrar en la casa de la novia. Esta vieja costumbre se acompaña con diferentes tipos de concursos cómicos y hacen cumplir al novio tareas divertidas (por ejemplo, le hacen preguntas como "¿Cuántos años tiene su futura suegra?" y, si no responde bien, le hacen pagar con dulces y champán).
El 'výkup' proviene de una costumbre muy antigua para evitar el incesto. Los hombres debían escoger mujeres de otros pueblos, casi siempre enemigos feroces, por lo que habían de pelear mucho para conseguirlas.
Otra tradición muy antigua consiste en que, cuando los recién casados llegan al lugar de la celebración (normalmente es un restaurante), los padres los reciben con una hogaza de pan y sal. Se cree que el que dé el mordisco más grande al pan será el señor de la casa.
Ya en el banquete y sin que lo esperen los recién casados, cualquier persona puede gritar "¡Gorko!", y los enamorados tienen que levantarse y besarse. La palabra 'gorko' en ruso significa 'agrio' y se considera que cuanto más la griten, más dulce será la vida de la nueva familia.
Los trenes rusos y el mítico 'platskard'
Una de las mejores formas de viajar por Rusia es en tren, y la forma más barata (y para muchos rusos, la más romántica, aventurera y divertida) de viajar en tren es utilizando los vagones 'platskart': vagones de literas que tienen una capacidad de hasta 54 pasajeros.
En los vagones de este tipo hay seis camas por compartimento: dos literas dobles, una frente a otra y separadas por una mesita, y dos camas más al otro lado del pasillo, en paralelo a la pared. Los compartimentos no tienen puertas y dan a un pasillo que atraviesa todo el vagón.
Herederos de la era soviética, estos vagones de tercera clase son a menudo criticados por estar llenos de gente, mal ventilados, no dejar lugar a la intimidad y tener solo dos baños por vagón, que, lógicamente, casi siempre están ocupados. Además, en su camino hasta el baño seguramente se tropezará con los pies de numerosos pasajeros, que sobresalen por el pasillo al ser sus dueños más altos que la longitud de la cama.
Con todo esto, estos 'hostales' móviles atraen a muchos viajeros, y no solo por sus precios económicos, sino por la experiencia única de conocer a los rusos 'de cerca' (en todos los sentidos de la palabra), hacer amistades y escuchar numerosas historias y anécdotas de sus compañeros de viaje.
Las chicas guapas, pero siempre guapas
Una cosa que destacan muchos visitantes extranjeros de Rusia es la belleza de sus mujeres, pero también lo mucho (a veces, demasiado) que cuidan su aspecto físico.
Y es que la naturalidad no está muy de moda entre las jóvenes rusas: muchas de ellas, sobre todo si hablamos de Moscú o de otras grandes ciudades, suelen vestirse bien y maquillarse incluso para ir al supermercado. También es frecuente que lleven tacones altos, utilicen mucho perfume y tengan una manicura perfecta.
Los rusos, el frío y la frialdad rusa
¿Hace mucho frío en Rusia? Esta es una de las preguntas más comunes que hacen los extranjeros al conocer a un ruso. También es uno de los mitos más extendidos sobre el país más grande del mundo.
Efectivamente, en invierno Rusia es uno de los países más fríos del mundo, con las temperaturas que pueden llegar a 30 grados bajo cero en la zona de Moscú y aún más bajos en el norte del país. No obstante, los veranos en muchas regiones rusas son muy cálidos, y las temporadas de otoño y primavera se caracterizan por un clima suave.
Otra creencia común, que tiene que ver con el carácter de los rusos, es la de su supuesta frialdad y seriedad. Sin embargo, es verdad que es bastante infrecuente ver a un ruso sonriendo a un desconocido, por ejemplo, en el metro, y que la proporción de personas con 'cara seria' es mucho mayor que en otros lugares. Tampoco suelen decir "¡Hola!" a los desconocidos (aunque sean sus vecinos o los empleados en una tienda).
Sin embargo, esto no quiere decir que sean fríos o maleducados. Cuando conoces un poco de cerca, te das cuenta de que son simpáticos y hospitalarios.
Como ya hemos dicho antes, si uno está invitado a una casa rusa lo mínimo que puede esperar es que le ofrezcan un té, pero también es muy probable que acabe sentado en una mesa llena de platos variados, desde las ensaladas que "quedan de la cena familiar de ayer" hasta rebanadas de pan con caviar, y eso sin contar el primer plato, el segundo y, de nuevo, el té con dulces.
Por cierto: el primer plato en Rusia es siempre sopa, de la que existen varios tipos. Las más tradicionales son las 'schi' (sopa a base de col o chucrut y carne), el 'borsch' (sopa de un color rojo intenso por la remolacha que contiene) y la 'solianka' (sopa de carne de diferentes tipos bien condimentada con limón y todo tipo de verduras saladas).
Las sopas se suelen acompañar con pan de centeno, que es un producto básico de la mesa rusa, y 'smetana', una especie de nata fresca.
La 'smetana' se utiliza, aparte de en las sopas, para acompañar otros platos tradicionales rusos: 'bliný' (crepes), varéniki (pequeñas empanadillas) y 'pelmeni' (una especie de ravioli).
Y si no hay 'smetana', se puede echar mano de la mayonesa. De hecho, un pequeño 'pecado' de los rusos es que comen mucha mayonesa: casi siempre la encontrará en la nevera de un ruso, junto con el kétchup.
Y para darles una idea más completa sobre la cocina rusa, les presentamos una galería con los platos que son populares en diferentes zonas de Rusia, aunque pueden parecer un poco raros fuera del país.
¡No silbes dentro de casa! ¡No te sientes en la esquina de la mesa! ¡Escupe tres veces! ¡Toca madera! Estas frases pueden causar confusión y parecerle una tontería a un extranjero, pero los rusos están acostumbrados a oírlas desde la infancia.
Y es que el pueblo ruso es muy, pero que muy supersticioso; sus supersticiones son casi infinitas e incluso ahora, con todos los adelantos de la ciencia y la tecnología, se suelen observar a rajatabla.
Así, se cree que si uno silba dentro de una casa, en esta casa no habrá dinero, y si se sienta en la esquina de la mesa, no se casará en los próximos siete años.
Buena noticia: también hay trucos para conjurar la mala suerte, como escupir tres veces (sobre todo cuando se están tratando planes o expresando deseos) o tocar tres veces una superficie de madera. ¿No hay madera a mano? No pasa nada, un ruso utilizará su propia cabeza como alternativa, y le explicará, mitad en broma y mitad en serio, que tiene el mismo efecto.
Muchas de las supersticiones rusas están relacionadas con los animales. Así, un muy mal augurio es cuando un gato negro se cruza en su camino (si esto sucede, hay que agarrarse un botón para conjurar la mala suerte). Por otro lado, este animal es 'indispensable' para inaugurar una casa: se cree que el primero en entrar en un piso nuevo tiene que ser un gato con el fin de asustar a los malos espíritus.
Otro mal presagio es un pájaro que entra volando en la casa. Según las antiguas creencias, en los pájaros viven las almas de los difuntos y por ello un pájaro que se mete en una casa causa la muerte de uno de sus habitantes. Es deseable dejar salir al pájaro lo más rápido posible y tratar de no pasar la siguiente noche en esa casa. Una mariposa que entra en casa también presagia males para el hogar.
También son varias las supersticiones relacionadas con el viaje y el camino. Una de las más famosas es la costumbre de sentarse en silencio solo o con la familia o amigos algunos minutos antes de partir a un largo viaje para que el camino sea exitoso. Se considera que un minuto de silencio ayuda a los viajeros a concentrarse y prepararse mentalmente para el camino.
Volver a casa inmediatamente después de haber partido de viaje es un mal agüero que pronostica un camino tortuoso. Si el viajero necesita volver a casa, para evitar la mala suerte debe mirarse al espejo antes de salir por segunda vez.
El dinero, su abundancia o escasez en el futuro, es otro tema importante para los supersticiosos. Aparte de silbar dentro de casa, tampoco se pueden dejar botellas vacías sobre la mesa o quitar las migas de la mesa con la mano.
Y si quiere regalar a un ruso una cartera, ponga dentro una moneda o un billete, para que siempre esté llena de dinero; y si le regala un gato u otro animal, que no le sorprenda si a cambio le dan alguna suma simbólica de dinero, para que el animal esté bien en su nueva casa.
Otra cosa: el dinero nunca se entrega en mano, ya que se cree que a través del dinero se transmite la energía, incluida la negativa.
Por otro lado, no todo es tan negativo: hay también buenas señales, como, por ejemplo, ver una araña en casa (¡no la mate!), romper una pieza de vajilla (trae buena suerte) o pisar la caca de un perro (trae dinero).
Las supersticiones de los rusos son casi infinitas, variadas y, a veces, bastante raras, pero forman parte de la vida diaria de la gente. ¿Se atreve a poner a prueba sus conocimientos sobre ellas con nuestro test?