Bien vestida y con una larga trenza, aunque siempre seria, la imagen de una niña de entre ocho y diez años aparece en alrededor de 20 fotografías y cuatro negativos de vidrio, que se conservan en el Museo Regional de Krasnoyarsk, Rusia. No obstante, a pesar de que muchas de estas fotografías, en las que aparecen los edificios y las calles de esta ciudad histórica, fueron utilizadas como tarjetas postales, durante más de un siglo, la presencia de la niña ha pasado desapercibida.
Fueron precisamente los investigadores de este museo de Krasnoyarsk que la notaron por primera vez después de haber escaneado las imágenes en alta resolución. El mismo descubrimiento fue hecho por los diseñadores de la compañía Bad Guys, que propuso hacer pública la historia con la espera de que gracias a la divulgación de las imágenes se pueda encontrar a alguien que conozca la historia de la niña.
Estas imágenes de la ciudad siberiana probablemente se tomaron entre 1906 y 1908, poco antes de la Primera Guerra Mundial y de la Guerra Civil en Rusia, dos tragedias que cambiaron para siempre la historia de este país. La presencia constante de la misteriosa muchacha en varias imágenes de lugares de interés en esta ciudad parece un triste recordatorio de las innumerables familias rusas que se dispersaron por el mundo después de 1917. ¿Será esta la razón de su anonimato?
En algunas imágenes, la niña es más visible que en otras, pero nunca es el foco principal de la fotografía. Es solo cuando se recoge un grupo aleatorio de imágenes, obtenidas de distintas fuentes, cuando su constante presencia se hace de repente tan llamativa.
Al principio, se pensó que la niña llevaba siempre la misma ropa. No obstante, la tecnología moderna ha revelado que no es así. "La joven aparece con distintas botas y medias, y podemos ver cambios en su vestido, pero mantiene la postura y tiene la misma expresión facial: nunca sonríe", comentó Iliá Kuklinski, un investigador del museo, a The Siberian Times.
La identidad de la niña no es el único misterio, ya que, a pesar de que la mayoría de las fotografías son anónimas, en algunas aparecen las misteriosas letras 'F.E.A.' Entre los fotógrafos de Krasnoyarsk de la época no se ha podido encontrar ninguno que responda a estas iniciales, lo que indica que podía provenir de otra ciudad. "Pensamos que la niña podría ser la hija del fotógrafo, o su sobrina, pero no lo sabemos con seguridad ya que ni siquiera conocemos el nombre del fotógrafo", ha comentado Iliá Kuklinski.