Un refugiado iraquí violó presuntamente a un niño de 10 años en el baño de una piscina en Viena. El periódico Kronen Zeitung informa que el hombre de 20 años cometió el crimen el 2 de diciembre de 2015.
La víctima pidió ayuda a la seguridad de la piscina, llamaron a una ambulancia y fue hospitalizado posteriormente. Tras cometer la violación el hombre continuó bañándose en la piscina, donde fue detenido por la Policía. El acusado explicó a los agentes que abusó del niño "por la necesidad urgente de tener sexo", ya que no lo practicaba desde hacía unos cuatro meses. También, añadió que está casado, pero que su mujer se quedó en Irak, mientras que él llegó a Austria en septiembre del 2015 por los Balcanes. El hombre dijo que estaba al tanto de que tales "actos son ilegales en cualquier parte del mundo".
Inicialmente la Policía no estaba dispuesta a divulgar los detalles del crimen, por las preocupaciones de que la información podría provocar "tolerancia cero hacia a los refugiados". Sin embargo, ahora se vieron en la obligación de informar sobre la investigación al público.