Guiulchejra Bobokulova, la mujer que mató y decapitó a una niña de 4 años en Moscú porque así se lo "había ordenado Alá", había estado ingresada en varias ocasiones en clínicas psiquiátricas en Uzbekistán, su país de origen, de donde llegó a la capital rusa para trabajar, informa el portal Gazeta, citando al padre de la asesina.
De acuerdo con Bajretdin Turáyev, de 62 años, su hija, madre de tres niños, recibió por primera vez tratamiento en un hospital psiquiátrico en 2002. Después del internamiento el marido de Bobokulova se divorció de ella y se llevó al hijo mayor.
Perdónenla, perdónennos a todos nosotros si es que esto puede ser perdonado
"Empezó a decir cosas extrañas, oía voces, dejó de obedecer, se volvió agresiva (...) De repente perdió la memoria. Yo intentaba calmarla, pero ella solo repetía: '¡Tengo miedo, papá!'. La llevamos a un hospital. Allí la mantuvieron 13 días", cuenta Turáyev.
Cuando le dieron el alta permaneció en casa dos semanas, según el hombre. "Y de repente una vez más volvió a sentir miedos. '¡Veo sangre!', decía. Temíamos por ella y una vez más la llevamos al hospital, pero a otro. Y la volvieron a ingresar", recuerda. Turáyev afirma que después de un largo tratamiento, el estado mental de su hija se normalizó.
Más adelante Guiulchejra decidió ir a Rusia para ganar dinero para que su hijo menor, nacido en 2000, pudiera casarse al terminar el colegio. El padre ha contado que su hija solo tenía estudios de primaria, y que al terminar la escuela se casó y tuvo hijos, por lo que le sorprendió que consiguiera trabajo como niñera en Moscú.
"No sé cómo consiguió un trabajo como niñera, como acabó en esa familia, es algo de lo que nunca hablaba", dice Turáyev. "A nosotros nos decía que cuando estaba en Moscú echaba de menos a sus hijos. Y cuando estaba aquí [en Uzbekistán] se quejaba de que extrañaba a la niña que cuidaba, le preocupaba cómo estaba sin ella", añadió.
Este miércoles Guiulchejra Bobokulova ha declarado ante un tribunal de Moscú que mató a la niña por orden de Alá, sin embargo su padre asegura que la mujer nunca iba a la mezquita, no llevaba hiyab ni leía el Corán. "Yo tampoco hablaba nunca de religión. ¿Qué le pasó? ¿Qué voces le ordenaron hacerlo?", se pregunta.
"Somos una familia numerosa, tengo seis hijas, 19 nietos y un bisnieto, y estamos horrorizados por lo que hizo. Perdónenla, perdónennos a todos nosotros si es que esto puede ser perdonado. Los niños lloran, la madre ha enfermado. Ni yo ni mi hija queríamos que pasara algo parecido", confesó el hombre.