Un secuestro virtual no es realmente un secuestro, sino una estafa. El estafador se hace pasar por secuestrador y contacta con su víctima por teléfono, para informarle que tiene a uno de sus seres queridos en su poder, y amenazarle con golpearle o matarle si no se le envía el dinero del rescate inmediatamente. En ocasiones, llegan a simular la voz del supuesto secuestrado o a escenificar con sonidos algunas agresiones, con gritos de la supuesta víctima incluidos. En España está teniendo lugar nueva oleada de intentos de secuestro virtual, que es la tercera.
Fuentes de la Guardia Civil española aseguran que desde hace dos semanas se está incrementando significativamente el número de denuncias por intento de secuestro virtual, especialmente en Madrid y Valencia, según informa el diario 'El Mundo'.
La manera de proceder es siempre la misma. Según fuentes policiales consultadas por RT: "los supuestos secuestradores realizan llamadas generalmente por la tarde, -entre las 16:00 y las 23:00 horas-, desde teléfonos ocultos o con el prefijo 0056 (Chile), e intentando desde el primer momento intimidar a la víctima para que, ante su situación de nerviosismo, les facilite más información sobre el supuesto familiar secuestrado y hacer incluso más creíble la situación. El objetivo es que, ante frases como "mamá, estoy secuestrado" o "me quieren matar", la víctima no pueda colgar para comprobar la veracidad de los hechos y pague el rescate que oscila entre los 1.000 y 10.000 euros".
Por su puesto, la credibilidad es un factor esencial en el éxito de esta estafa. Para aumentar la verosimilitud de la situación "los delincuentes, con marcado acento sudamericano, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar la voz de los presuntos familiares secuestrados, imitaciones que duran apenas segundos para evitar que la víctimas, inmersas en un gran nerviosismo por las amenazas recibidas, descubran el engaño. También recurren a efectos sonoros que despierten terror en los interlocutores y les atenace. De esta forma conducen a sus víctimas a un bloqueo que les impide comprobar la veracidad de la amenaza y la localización de los supuestos rehenes, a no realizar preguntas para las que los secuestradores no tienen respuestas, a no avisar a las autoridades y a pagar cuanto antes", explican desde la Policia Nacional.
Por que ése, el pago rápido, es el objetivo principal, la clave del éxito en este delito: "los delincuentes han pasado del pago mediante depósitos a través de compañías internacionales dedicadas a tal actividad a las entregas en mano, haciéndoles creer que están vigilando para que no intenten realizar ninguna otra llamada o comprobación.Los autores de este tipo de estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo con dos objetivos: por un lado evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y por otro conseguir que realice un pago rápido". Afortunadamente, muy pocas veces se hace efectivo el pago del rescate. En este año, sólo se tiene noticia de un secuestro virtual perpetrado con éxito.
Los primeros casos de los que se tuvo noticia en España ocurrieron a principios de 2015. La policía terminó esclareciendo una trama cuyos autores se encontraban en un centro penitenciario, también en Santiago de Chile. Las víctimas recibían llamadas telefónicas en las que se les exigían de 350 a 5.000 euros por la liberación de un supuesto familiar secuestrado. En tan sólo dos meses, la Policía Nacional recibió entonces 162 denuncias. Tan sólo en un 10% de los casos se hizo efectivo el pago del supuesto rescate. Por aquel entonces, las cifras que se exigían eran más bajas, entre 350 y 5000 euros.
Más adelante, en Febrero de este año hubo otro preocupante repunte de llamadas, cuyo origen parecía estar situado también en Chile. La explicación, según explican fuentes de la Guardia Civil, es que "desde allí se tiene la idea de que Europa tiene mayor poder adquisitivo respecto a Latinoamérica, y a esto se suma el idioma común". Sin embargo, también han cuantificado que al menos un 4% de las llamadas son realizadas por delincuentes españoles.
Cómo actuar en caso de recibir la llamada de un secuestrador virtual.
El Equipo de Secuestros y Extorsiones de la Guardia Civil ha elaborado un decálogo de recomendaciones para poner en práctica en caso de recibir una de éstas llamadas.
1. En general, tener mucha precaución con llamadas entrantes con prefijos desconocidos o numeración oculta.
2. Una vez atendida una llamada extorsiva, mantener en todo momento calma y serenidad.
3. Escuchar y dejar hablar a nuestro interlocutor, grabando la conversación si es posible.
4. No facilitar nunca durante la llamada datos personales, familiares, de ubicación o de contacto.
5. Dejar siempre una línea de telefonía libre para intentar localizar a la supuesta víctima y/o avisar a Guardia Civil, simultáneamente.
6. Intentar realizar alguna pregunta muy personal de la víctima que le permita, en base a la contestación, concluir que es un falso secuestro.
7. No efectuar nunca por nuestra cuenta pagos monetarios o entregas de efectos de valor requeridos por el extorsionador.
8. No dudar en cortar la comunicación. Posiblemente desistirán y buscarán otra posible víctima.
9. Escribir inmediatamente todo lo que se recuerde y denunciar siempre los hechos a la Guardia Civil.
10. Controlar los datos volcados en las redes sociales y evitar encuestas en las que se pregunte por datos personales. Estos datos pueden ser utilizados por los criminales para hacernos creer que se trata de un secuestro real.