Cuando esa mujer se volteó hacia ella y la miró fijamente, Ninoska buscó salida hacia los lados, pero la sorprendió la voz ronca de un hombre saliendo de esa señora: "Hija hace mucho que la esperábamos por acá".
-¿A mí? –Preguntó. -¿Quiénes me esperaban?
"La corte india", agregó la voz que salía de la mujer. "A usted la protege aquella que llaman Tibisay y ella está aquí para darle la bienvenida".
Era febrero de 2015 y Ninoska García estaba en una montaña ubicada en las afueras de Caracas, a donde su novio la había invitado para un ritual espiritual. Ella aceptó aquella invitación con escepticismo.
Tenía 24 años y había sido criada en un hogar que guardaba costumbres del catolicismo a pesar de no ser practicante de esa religión. En su cabeza rechazaba "esas cosas raras que parecen hechicería", aunque también sintió mucha "curiosidad" de poder presenciar aquel ritual. "Para mí era como un teatro para incautos y yo quería ver los trucos".
De camino al río El Ingenio, a unos 45 kilómetros de la ciudad capital, notó que los otros ocupantes del vehículo rezaban en vos baja, "iban como preparándose para el rito".
Banco y Materia
El rito inició con la "limpieza del portal", como llaman al altar donde se colocan imágenes de los espíritus que forman el panteón de deidades de la reina María Lionza. Allí realizaron unas oraciones con las que se pide permiso a Dios, a la reina y a sus cortes, para ejecutar el ritual.
Identificó a un hombre, que le dijeron era el "banco", es decir de quien depende la canalización del espíritu que se apoderará de la "materia", que viene a ser un "médium" a través del que hablan los espíritus.
La voz del hombre que le habló a Ninoska a través de la mujer-materia, dijo ser Don Juan de las Aguas. "A todos les decía cómo podían solucionar sus problemas y con qué remedios caseros, naturales, podían curar sus dolencias".
Después de decirme que me estaba esperando, sin conocerme, nombró a mis padres, a mi familia. Y me habló de mi abuelo, que estaba muy enfermo, cuenta a RT.
"Me pidió la camisa de mi abuelo. Dibujó con talco una silueta con forma de hombre. Colocó la camisa y una vela morada que por dentro tenía: pólvora, conchas de ajo y otras cosas más. Me dijo cuál era su padecimiento. El velón era para una velación morada, que se utiliza para casos extremos de enfermedad. Al terminar el tabaco, pidió que se llevara el velón a un lugar lejano y éste explotó".
El pequeño estallido se llevó las cosas malas, incluyendo la enfermedad del abuelo.
10 años de fe
Tras una década, el abuelo de 85 años que sufría de Elefantiasis Aguda a punto de apuntación de ambas piernas, hoy asiste al médico pero a controles rutinarios. En algún momento los doctores manifestaron sorpresa por la curación.
Ninoska, se ha convertido en banco y continúa su formación espiritual para convertirse en materia.
El origen
Existe una historia, transmitida oralmente de generación en generación. Desde antes de la invasión española a América del Sur, se sabe del culto a María Lionza.
María Lionza, Reina de la montaña de Sorte (situada en el estado Yaracuy, a 310 km de Caracas, en la región Centro-Occidental) Protectora de la naturaleza, es quien preside el Altar Mayor y todos los altares de sus hijos. Se le representa con los pechos desnudos y una especie de taparrabo, con plumas de colores y joyas. Aparece sentada sobre una enorme Danta (Tapir). Varios textos refieren que ella manifiesta su presencia a través de una mariposa azul.
Cuenta la leyenda que María Lionza o Yara, fue una princesa indígena de etnia Nivar. Hija del Cacique Yaracuy, nieta del cacique Chilúa y biznieta del cacique Yare.
Raptada por una enorme anaconda que se enamoró de ella. Fueron los espíritus de la montaña quienes la rescataron y castigaron a la serpiente. Yara fue nombrada dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la naturaleza y reina del amor.
Recibiría el nombre católico de Nuestra Señora María de la Onza del Prado de Talavera de Nivar, en un intento de los evangelizadores por difuminar el culto. Esta denominación con el paso del tiempo se convertiría en María de la Onza o María Lionza.
Conocimiento ancestral
"El culto a María Lionza es una importante manifestación religiosa autóctona venezolana. Puede decirse que es una religión integradora. Ella, la reina, ejerce la protección de la naturaleza y la encarna. Todo el culto tiene que ver con sanaciones a través de conocimientos ancestrales naturales", explica en entrevista a RT, Soledad Vázquez Armella, directora de la fundación MadreLionza, que investiga sobre las diversas manifestaciones religiosas venezolanas.
La creencia tiene tres raíces básicas: la indígena que es la base del culto, la raíz europea que ha permeado con las tradiciones católicas traídas por los españoles y la raíz afro. Una mezcla propia de la raza venezolana.
La leyenda de María Lionza y el culto que se le rinde, "se nutre con aspectos tradicionales y otros modernos. Es un mito vivo, que se crea y se recrea. María Lionza, como en otras religiones tiene una historia base. Pero, al tratarse de una manifestación de la oralidad venezolana, se producen cambios en la historia. No existe una biblia de María Lionza, ni una historia oficial. Se modifica en la medida en que sus creyentes versionan el mito y lo transforman a su manera".
Rastreando los inicios
Entre los años 1500 y 1555, se registran los primeros escritos de los colonizadores en los que se menciona a Yara.
Más reciente es el relato de Assen Trayanoff, comandante del ejército búlgaro. Escribió en su diario que durante una misión expedicionaria por el amazonas venezolano, hacia 1933, vio a una mujer con rasgos indios, ojos verdes, grandes pestañas y una larga cabellera, según publica el portal Ashe.
Trayanoff contó haberla visto bailando desnuda en orillas de un arroyo a primeras horas de la mañana, y que al preguntar un guía le dijo que era María Leonza, patrona de los indios de Venezuela.
"Es un caso complejo a nivel de documentación histórica. No existe documentación oficial. Muy pocas personas lo documentaron. Nunca se dejó un texto, la hemos rastreado inserta en relatos sobre otros temas del país ", aclara la investigadora.
Pero sería en la década de los 60, cuando la devoción a María Lionza se populariza, gracias a la sacerdotisa Beatriz Veit-Tané, quien trató de unificar la imagen, alrededor de una diosa de origen indígena, que utilizaba a la montaña Sorte como refugio en su lucha contra los conquistadores españoles.
Culto o religión
Esa es una discusión inconclusa a nivel antropológico porque existen posiciones irreconciliables a favor y en contra de considerarla un culto o una religión.
Y aunque no figura en los registros de la Dirección de Cultos del Ministerio para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Soledad Vázquez asegura "para mi es una religión autóctona venezolana. Quizá la única que se ha creado en el país".
Jerarquías
María Lionza encabeza el panteón de deidades que la acompañan. Ella es la reina, "representa el poder matriarcal, femenino. Es la naturaleza encarnada en una mujer. Tiene un reino que es Venezuela, pero con un eje central en la montaña de Sorte en Yaracuy, donde se concentra el mito".
Cuenta la reina con varias "cortes" bastante amplias donde se incluyen las deidades veneradas.
- La corte india: presidida por la reina y donde figuran destacados indígenas que son, aún hoy, símbolos de la resistencia contra el invasor español.
- La corte de los Don Juanes: Son los protectores de los elementos a la naturaleza. Entre algunos de ellos figuran: Don Juan de los 4 Vientos, Don Juan de las Aguas, Don Juan de las Plantas y otros.
- La corte Chamarrera:Ellos y ellas son los guardianes de la sabiduría popular. Destacan Nicanor Ochoa, Lino Valles.
- La corte negrao africana: integrada por los dioses de la religión Yoruba. Están representados en las Siete Potencias Africanas: Changó, Ochún, Yemanjá, Babalú Ayé, Ogún, Oyá, Orula, Eleguá.
- La corte Libertadora: Integrada por personajes que en el imaginario colectivo se asocian a la idea de la Libertad. Acá se incluye a Simón Bolívar y otros próceres de la independencia. En la actualidad se ha incluido a Hugo Chávez, no como un espíritu que baje a alguna materia, sino como un elemento de libertad.
"Luego se asocian otras cortes que permean las creencias y permiten la entrada y salidas de deidades, como la corte malandra que tiene que ver realidades venezolanas. También se habla de una corte rosa, que da paso a la sexo diversidad. Por eso digo que María Lionza es integradora de la venezolanidad", aclara Soledad Vázquez.
Arraigo popular
El cineasta venezolano John Petrizzelli, autor entre otros filmes de "Maria Lionza, aliento de orquídeas", entrevistado por RT estima que se trata de una creencia muy arraigada en el pueblo venezolano.
"Sobre todo en las clases sociales populares tiene muchísima influencia. En el interior del país y en las grandes ciudades está presente. En casi todos los barrios (favelas) hay centros donde se trabaja con los espíritus. Y son muy importantes. Funcionan como médicos del barrio sustituyendo, en muchos casos, a los centros de salud formales. La gente va a esos centros a curarse. También cumplen funciones de psicólogos, dando consejos. Los espíritus siempre aconsejan para que las personas no tomen caminos errados".
Identidad
Alexis Blanco es periodista y poeta venezolano. Durante más de 25 años escribió en la fuente cultural del Diario Panorama. Consultado por RT explica que este culto ha resistido ataques y señalamientos.
"Creer y descreer nada tiene que ver con la guerra económica, aunque si alimenta la otra, la ideológica. Mircea Eliade palidecería ante este uso deliberado de la superstición como arma de ataque. Independiente de ello, nuestra cultura afro caribeña abreva en toda esa iconoclasia. Desde la saga Yoruba hasta nuestra deidad yaracuyense (María Lionza) la tradición religiosa traza una red de milagros y asombros difícil de obviar".
El periodista destaca elementos propios de esta ritualidad como "los tabacos y el ron, que siguen catapultando las plataformas de redención individual y gregaria. Junto con María Lionza están otros santos, incluido uno nuevo llamado Chávez, a quien la gente va a pedir favores".
Quien soslaye esto, concluye, sufriría de raquitismo científico. "Mientras más lo estigmaticen, la gente común lo asume como su identidad íntima. Además, le reina no abusa de niños".
Ernesto J. Navarro