El uso de armas en América Latina: "Lo que influye es la cercanía al territorio de la superpotencia"
En América Latina se registran 76.000 muertes por año vinculadas al uso de armas de fuego. Sobre este total la mayoría suceden en Brasil, que alcanzó un pico de 42.416 en el año 2012 ubicándose por encima incluso de los EE.UU. con 33.599 en 2014.
Los datos arrojados por Gun Policy, un organismo vinculado a Naciones Unidas, sostiene que en América del Sur por detrás de estos dos países aparecen Venezuela con 13.950 muertes y Colombia con 13.858. Bastante más lejos quedó Argentina que registró 2.981 muertes en 2014, y Perú con 1.269 durante el 2010. Esta lista la cierra Ecuador donde fallecieron 1.213 en 2012. Paraguay, Chile y Uruguay, quedaron en el otro extremo con 413, 401 y 313 respectivamente.
Sin embargo la situación empeora si se toman en cuenta las estadísticas de México y América Central donde el acceso a las armas estadounidenses es mucho mayor. El periodista Luis Gónzalez Manrique explica que Brasil, Colombia, México y Venezuela "suman el 20% de las muertes provocadas por armas de fuego en el mundo cada año" mientras que "el 75% de los homicidios de la región son causados por heridas de bala, frente al 50% de la media mundial". Asimismo "esa proporción llega al 90% en Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Honduras".
Las armas que llegan por EE.UU.
Gónzalez Manrique detalla que "la abundancia de armas en cualquier país latinoamericano es casi siempre directamente proporcional a su cercanía al territorio de la superpotencia". Al respecto explicó que en 2014 ingresaron legalmente a México unas 28.000 armas de fuego estadounidenses "por valor de 21,6 millones de dólares", pero cada año entran al país azteca "una media de 212.000 armas de origen ilegal procedentes de EE.UU.".
Pero también se han visto afectadas por este tráfico ilegal las naciones que conforman el llamado "triángulo norte", es decir Guatemala, Honduras y El Salvador. En 2015 fueron asesinados 105 salvadoreños por cada 100.000 habitantes. Esto convierte al pequeño país centroamericano en el que tiene la mayor tasa del mundo para una nación que no está en guerra.
El promedio de los tres países es de 54 asesinatos cada 100.000 habitantes, lo que los ubica por encima, por ejemplo, de Irak. No obstante cabe destacar que, como señala Gónzalez Manrique, "la propia tasa del conjunto de América Latina y el Caribe –28/100.000– cuadriplica la media mundial".
La legislación
En todo el continente la regulación respecto a este tema es dispar. Países como Argentina y Uruguay no ponen límite a la adquisición de armas de fuego. Sin embargo este último obliga desde 2002 a todas las personas que quieran adquirir una a realizar previamente un curso de tiro.
Por su parte Chile y Perú permiten la adquisición de hasta dos armas per cápita y en Ecuador el número es el mismo pero una debe ser para defensa personal y la otra para fines deportivos. Colombia y Bolivia elevan el número hasta cinco mientras que Brasil y Venezuela solo permiten una. Finalmente en Paraguay solo pueden portar armas legalmente quienes pertenecen a las fuerzas de seguridad.
Más allá de estos datos, el principal inconveniente no está en el ámbito legal. Simonetta Grassi, oficial jurídica y responsable del programa mundial de armas de fuego de la Oficina de Naciones Unidas (ONU), señaló que "América Latina es la región donde más se utilizan las armas para fines de delitos violentos". "El problema es la facilidad con la cual los criminales pueden acceder a las armas, comprarlas, si no es en la región misma, puede ser en otras partes, y esto fomenta el tráfico", añadió.
Perú es el país que más fuerte sanciona la tenencia ilegal de armas, dando hasta 15 años de prisión. En el otro extremo está Argentina cuya pena máxima por este tipo de delitos es de dos años.
Santiago Mayor