Del cielo al infierno: la Miss España de 1990 se declara arruinada
El de Esther Arroyo es uno de los rostros más familiares de la televisión en España, al menos desde que fue coronada como Miss España en 1990. Desde aquel momento su presencia televisiva ha sido constante, tanto como presentadora de programas de entretenimiento como interpretando papeles más o menos destacados en algunas de las series más populares de las últimas décadas.
Sin embargo, sus apariciones en los medios de comunicación durante los últimos años han estado principalmente relacionadas con un suceso trágico que le ha cambiado la vida: el grave accidente de tráfico que sufrió en octubre de 2008, en el que llegó a perder a uno de sus mejores amigos, y del que salió gravemente lesionada.
El asunto tuvo mucha trascendencia en su momento porque en el mismo coche viajaba también otra persona muy conocida en España: Ana Torroja, la cantante de Mecano, uno de los grupos musicales españoles más populares durante la década de los 80. Del accidente hace ya casi 8 años, pero Esther Arroyo vuelve a ser noticia tras una declaraciones que ha realizado a la revista 'Que me dices!', en las que asegura estar atravesando una ruinosa situación económica.
Tras un largo y controvertido proceso judicial que involucraba a las aseguradoras de los vehículos implicados, la indemnización que recibió, según ha declarado la propia presentadora, se ha esfumado en los tratamientos necesarios para su rehabilitación: "tuvimos gastos de recuperación que, en principio, nos iban a pagar, pero al final no fue así.... ¡El dinero lo hemos tenido que gastar por las terapias! Podría haberme quedado con la rehabilitación de la Seguridad Social y… seguramente seguiría en silla de ruedas, pero hubiera cobrado más pensión. No era eso lo que yo quería. Todo lo conseguí gracias a la venta de mi casa, de los cuadros, etc… De paso, le ahorré al Estado mucho dinero. Gracias a las terapias que he recibido, y que necesitaba, estoy en la ruina", declaró Esther a la mencionada revista.
En 2015 le fue concedida una invalidez permanente que le impide desarrollar su actividad profesional: "me han quitado el pilar de mi economía. ¡Vamos, que me han arruinado! Me dieron una invalidez que me impide trabajar en mi profesión. Tendría que estar tranquila económicamente, pero no es así".
Sin embargo, ha podido abrir un negocio y tiene algunos planes de futuro: "tengo en Torremolinos un negocio de alquiler de tablas de paddle, bicicletas y segway. Y espero abrir un chill out para tomar mojitos". Además, se muestra capaz de conservar un estado de ánimo positivo y no caer en el derrotismo: "Cuando leo otras historias, aprendo a relativizar lo que me ocurrió a mí. Me doy cuenta que mi historia es una más".
David Romero