Carles Guillot y su abogada han explicado en una conferencia de prensa los motivos de su recurso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, después de que, el pasado diciembre, el Tribunal Supremo español rechazara la posibilidad de que el afectado pudiera recibir una indemnización por la pérdida de un ojo por el impacto de una bala de goma.
Guillot asegura que recibió el disparo durante un desalojo en un barrio de Barcelona en 2001. El Tribunal Supremo estimó que Guillot se había colocado en un lugar de riesgo y que, por lo tanto, debía asumir la posibilidad de ser objeto de la reacción policial.
El afectado subraya que él es la víctima y no el culpable, y asegura que recurre a Estrasburgo para "visualizar todavía
más la carencia de justicia que hay este país" y para denunciar —dice—
“que la clase política sigue defendiendo estas armas, a pesar de saber
que mutilan y asesinan".
Esta última sentencia vulnera, según la Asociación Stop Balas de Goma, el principio de proporcionalidad de la actividad policial y sostiene que la policía puede causar daños importantes aun sin necesidad de ello.