La operación se produce en un momento crítico para los awás, cuya existencia se ve amenazada si la destrucción de su selva no cesa de forma inmediata. Sin embargo, aunque la operación dificulta que los madereros entren en territorio awá y retiren la madera más valiosa, las fuerzas involucradas todavía no han accedido a los lugares de la tribu donde la tala alcanza niveles alarmantes y se requiere una acción urgente.
Las batallas legales dan sus frutos
El 31 de marzo de este año era la fecha límite para expulsar a un grupo de madereros, pero cuando llegó el día señalado todavía no habían desalojado a nadie. Los awá, una tribu compuesta de unas 450 personas, han ganado varias batallas legales que les reconocen el derecho a permanecer en su territorio. Sin embargo, estos derechos no acababan de reflejarse sobre el terreno.La organización que los defiende comunica que al menos ocho aserraderos han sido clausurados y varias unidades de maquinaria han sido confiscadas y destruidas desde que la operación empezara a finales de junio de 2013.
Mientras, decenas de miles de personas en todo el mundo se han unido a la campaña internacional de Survival que insta al Gobierno brasileño a que expulse a los invasores ilegales, detenga la destrucción de su selva, persiga a los madereros ilegales y evite que vuelvan a acceder a la zona.