El perro fue encontrado por una profesora local en una portería. El animal, presuntamente víctima de los maltratadores de perros callejeros, estaba tumbado en el suelo, con una bolsa sobre la cabeza, que estaba fuertemente atada con una cuerda alrededor de su cuello, y apenas respiraba.
Además, se descubrió que el can tenía dos patas fracturadas y caminaba utilizando solo sus extremidades traseras.
Los defensores de los animales albergaron al perro y, junto con los estudiantes de una escuela local, juntaron el dinero necesario para hacerle una cirugía.
Tras dos operaciones y el periodo de recuperación, que duró unos meses, el perro se siente bien y puede de nuevo caminar con las cuatro patas y ahora lo único que buscan los activistas es encontrarle un hogar.