Casi lo ahogo, ahora tengo algo de tranquilidad
La familia de Daniel fue investigada por los policías 14 meses antes de su muerte por un brazo roto del niño, pero el caso fue cerrado porque los maltratadores lograron convencer a la Policía de que Daniel se rompió el brazo al saltar del sofá. En marzo del año pasado los padres lo golpearon y lo dejaron en su habitación sin calefacción ni baño durante 33 horas, después de lo cual llamaron a una ambulancia diciendo que el niño no se sentía bien.
Daniel tenía un hermano, a quien la pareja no torturaba, y que también fue testigo en el juicio. La pareja, que abusa del alcohol y las drogas, negó su culpabilidad en el asesinato, pero esta fue confirmada tras descubrir sus mensajes, en los cuales los dos hablaban de las torturas: "Vamos a encargarnos de Daniel después de la escuela, no va a probar la comida en absoluto", o "está inconsciente porque casi lo ahogo, ahora tengo algo de tranquilidad".
No prestaron atención
Los servicios de protección de niños de la ciudad de Coventry, donde reside la familia, están investigando el caso para entender por qué no se tomaron medidas cuando los profesores y los doctores notaron la condición en la que se encontraba Daniel."Hay que hacerse preguntas vitales para entender cómo el estado del niño no fue registrado por los servicios de protección de menores. Las indicaciones de que Daniel sufrió durante meses estaban ahí, pero no les hicieron caso", dijo Peter Wanless, un ejecutivo de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad hacia los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés).