Trabajan más de 12 horas seguidas, les obligan a obviar la hora del almuerzo, les restringen los permisos para ir al baño y, con suerte, descansan un día a la semana. Eso sí, Foxconn, como se llama este colosal recinto de producción, pone a la disposición de sus empleados piscinas y tiendas a un paso del lugar de trabajo. Pero pocos se benefician de ellas: están demasiado cansados.
Tian Yu era una de estas empleadas. Proveniente de una familia de escasos recursos económicos, se mudó a Shenzhen, una de las principales ciudades del sur de China, en busca de una vida mejor. Sin familia ni tiempo para hacer amigos, la depresión acabó ganando la batalla cuando en 2010 la empresa no le pagó un mes alegando un error administrativo. La joven se arrojó por la ventana. En ese entonces tenía 17 años.
Ese mismo año, 14 trabajadores se suicidaron, todos ellos menores de 25 años. Otros cuatro lo intentaron sin éxito, según cifras publicadas recientemente por el diario británico 'The Guardian'.
En Foxcoon fabrican teléfonos inteligentes y tabletas de Samsung, Sony o Dell, pero gran parte de la producción corresponde a los pedidos de Apple. En 2010, sus 400.000 empleados ensamblaron 137.000 iPhones al día –unos 90 por minuto-.
La alta tasa de suicidios llevó al director general de Apple, Tim Cook, a pedir a la empresa asiática que mejorara las condiciones laborales de sus empleados. Sin embargo, su gesto no fue a más.
Tras su intento de suicidio, Tian Yu recibió una compensación económica para ayudarla a volver con su familia. Según su padre, la trataron “como si de mercancía se tratara”. Y un dato más: mientras que la joven cobraba al mes una cuarta parte de lo que cuesta en las tiendas un iPhone 5, el año pasado el sueldo de Cook superó los 4 millones de dólares.