"Si la gente supiera lo que pasa en África con la cadena de suministro del estaño y tantalio, cómo a través de ellos se financian guerras y conflictos, no estarían interesados en comprar esos smartphones (de las grandes empresas)", señala la compañía holandesa en su portal.
En ocasiones no sabemos nada de los objetos que tenemos en nuestras manos: ni su lugar de fabricación, ni las condiciones laborales de sus productores, ni su impacto sobre el medio ambiente. Otras veces, sí lo conoces; algunas, incluso, nos repugna lo que descubrimos, pero no hallamos una alternativa más sostenible en el mercado, agrega.
Si la gente supiera lo que pasa en África con la cadena de suministro del estaño y tantalio, cómo a través de ellos se financian guerras y conflictos, no estarían interesados en comprar esos smartphones
En repetidas ocasiones varias organizaciones han venido denunciando los conflictos que la extracción de tantalio y estaño, u otros minerales, genera en la República Democrática del Congo.
Todos los chips de un smartphone necesitan estaño, y algo parecido ocurre con el tantalio, que se utiliza para hacer los condensadores que, desde la placa base, almacenan la energía para distribuirla cuando sea necesario.
Pero lamentablemente la gente desconoce "toda la sangre que se destina para la extracción de la materia prima y financiar las guerras de los minerales" en el Congo, donde las manufactureras "se dedican a financiar directa o indirectamente esos conflictos".
La cadena de producción del Fairphone se apoya en organizaciones dedicadas a la extracción justa del estaño, esquivando a los grandes líderes locales y trabajando en minas de ese país africano que no estén contraladas por ellos, asegura la compañía.