Esto sucede aunque tengamos ahora muchos conocimientos científicos sobre el mundo. "El ser humano es emoción y fantasía, y la parte racional es muy pequeña. Sigue siendo un primate que se guía por sus instintos e impulsos, por lo que a veces no es tan racional como se cree", dice el psicólogo.
Las pruebas
Quizá una de las mejores pruebas de estas palabras es el estudio que realizaron Vernon Padgett, de la Universidad Marshall, y Dale Jorgenson, de la Universidad estatal de California.Aunque los resultados fueron publicados en 1982 en 'Personality and Social Psychology Bulletin', su enfoque y la profundidad hacen que no sea haya quedado obsoleto y sea aplicable. Para establecer si hay una correlación entre la situación económica y las supersticiones, los científicos compararon la cantidad de artículos sobre astrología, misticismo y cultos que aparecieron en la prensa de Alemania entre las guerras mundiales y el grado de amenaza económica cada año (en los años 20 en este país había una inflación tremenda y en 1932 más de la mitad de la población no tenía trabajo).
Según sus cálculos, cuando la gente sufría dificultades económicas, aumentaba la cantidad de artículos para supersticiosos, y al revés: cuando las cosas mejoraban, esta cantidad disminuía.