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Demandan a la Policía de Chicago por encerrar 17 años a un inocente

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Condenado por asesinato, un hombre pasó casi 20 años en prisión a pesar de ser inocente. Ahora, una vez recuperada la libertad, demandará a la Policía de Chicago por haberle tendido una trampa.
Culpado de un crimen que no cometió, Alprentis Nash estuvo 17 años tras las rejas. Solo las pruebas de ADN lograron que saliera del encierro el año pasado y ahora busca justicia demandando a la Policía de Chicago.

La historia contiene todos los elementos necesarios para convertirse en el guión de una película. El sujeto fue acusado de robar y asesinar a un traficante de drogas de una zona pobre de Chicago en 1995. Nash, que tenía entonces 19 años y también vendía estupefacientes, fue arrestado rápidamente por la Policía. En su declaración dijo que no podía haber cometido el delito por el simple motivo que en el momento del crimen estaba vendiendo droga e inmediatamente después se fue a comprar ropa.

Ahora Alprentis Nash busca justicia, y para eso demandó a la ciudad de Chicago y a ocho agentes y exfuncionarios de la Policía de la ciudad. Según afirma, las personas a las que denuncia ocultaron pruebas deliberadamente y conspiraron para inculparlo en el crimen. "Al ver que podían resolver rápidamente el asesinato de un traficante de un barrio pobre arrestando a otro traficante de la misma zona, los oficiales conspiraron para inculpar a Nash" dice la demanda.

El principal elemento que incriminaba a Nash era un gorro pasamontañas encontrado en la escena del crimen. Sin embargo, una reciente prueba de ADN demostró que los restos de células humanas encontradas en la prenda no pertenecían a Nash.

La Policía también arrestó a otro hombre por el crimen, al que se le prometió una reducción de la condena si testificaba contra el principal sospechoso. Este testigo clave le debía dinero a Nash.

Alprentis Nash sostiene que la Policía desestimó entrevistar a testigos que reafirmaban su versión de los hechos y que podían confirmar que a la hora del crimen él estaba en otro lugar. Finalmente la trama terminó con la condena de Nash a 80 años de prisión por robo con homicidio.

Una vez tras las rejas, Nash comenzó a trabajar inmediatamente para conseguir su libertad. Se involucró directamente en su defensa jurídica hasta que logró que una abogada especialista en este tipo de casos creyera su versión, y 17 años después se convirtió otra vez en un hombre libre.

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