Primero el monitor cardiaco mostró una actividad cardíaca irregular y luego llegó la normalidad. Todos los intentos de reanimarlo previos a ese momento fracasaron tanto en la casa como en la unidad de cuidados intensivos del centro médico de la Universidad de Ohio. Por eso ahora los médicos y los familiares son unánimes en admitir que fueron testigos de "un milagro".
"En los últimos 20 años nunca he visto que alguien a quien hayamos declarado muerto haya vuelto… nunca lo he visto", dijo el cardiólogo Raja Nazir, que quedó atónito después del suceso. Para los doctores es también "inexplicable" la causa del repentino problema cardíaco que sufrió el paciente en su dormitorio a las 4:00 de la madrugada.
Lo que une a los familiares que estaban al lado de Tony Yahle en el momento más difícil es que en ningún momento perdieron la esperanza. Así lo confiesa su mujer, Melissa, y también su hijo Lawrence, de 17 años, quien describió a los medios de comunicación locales el momento cuando bajó la escalera de su casa para ver a su padre sin señales de vida:
"Fijé mi mirada en él y dije: Padre, tu no vas a morir hoy". El adolescente permaneció junto al cuerpo pocos segundos después de que la madre dejara sus intentos de reanimarlo. Estaba a punto de salir para reunirse con otros miembros de la familia cuando sintió algo inesperado: "Volví de la desesperación a la esperanza en un instante".
Los parientes avisaron a los servicios sanitarios y el hombre fue trasladado al servicio de urgencia en un helicóptero. Fue atendido allí por cinco médicos, todo en vano.
El "milagro" sucedió cuando la familia volvió a reunirse. El enfermo abrió los ojos e incluso pudo hablar. La experiencia única, de la que salió sano y salvo, no afectó de ningún modo a su memoria ni tampoco a su estado físico. El cerebro y los otros órganos funcionaban con normalidad.
Yahl ha sido dado de alta con un desfibrilador en el pecho, que los médicos le instalaron por precaución. Sin embargo, espera incluso poder regresar al trabajo el próximo lunes.